miércoles, 9 de junio de 2010

Oda a la esperanza


Hoy no ha sido un buen día. Me sentado desde hace un rato delante del blog y me puesto a pensar que podría escribiros hoy. Reticente de seguir con mi historia con el pesimismo que llevo encima, no me podido resistir a adelantar otras de esas canciones que me más me han impactado. En este caso forma parte de la banda sonora de la película Okuribito (Despedidas). Seguro que a mas de uno le hace llorar con solo escucharla (si ha visto la pinicula claro). Para aderezaros la escucha, o quizás para fastidiarosla un poquitin...Voy a comentar un poco lo que he hecho hoy. Un día cualquiera en mi vida.


El sonido de un maullido lejano. El rasgar de la puerta y el sigiloso salto de un felino blanco. Cuándo mis ojos se abren, mi pequeña mascota me devuelve la mirada mientras bebe apaciblemente del bebedero que tiene encima de mi mesilla. El pequeño gato los cierra levemente en señal de buenos días y como disculpa por haberme despertado y sigue bebiendo.


Perezoso me revuelvo en la cama e intento segir durmiendo. Es entonces cuando una imagen me asalta. Una mujer, una dulce y bella mujer, una esperanza. Los susurros de la almohada me recitan su nombre, los heraldos de la ilusión retoman su ajetreada labor. Me levanto como un rayo y miro el reloj. Las 7:59. Con un rápido movimiento llego casi arrastras a mi mesa de trabajo, repleta de papeles y kanjis garabateados en hojas sucias, enciendo el portátil. Mientras se enciende, me quito perezosamente las legañas y acaricio la contractura que lleva meses castigando mi espalda. Miro por la ventana y contemplo una larga hilera de coches rumbo a su destino.


Cuando el ordenador se enciende, entro rápidamente al Facebook y le escribo un mensaje. Una voz en mi interior me dice que quizás es demasiado pronto, que quizás desvele con ese mensaje el mudo interés que ella ha despertado en mí. Con una negación rotunda redacto apresuradamente el mensaje y con la angustia esparciéndose por mi interior tecleo ENTER. Me giro nervioso y me encamino hacía el baño.
Hace un día lluvioso en Zaragoza. A mi siempre me ha gustado la lluvia pero nose porque hoy he cogido un paraguas, es verde y bastante simplón, pero cabe perfectamente en mi pesada mochila. Camino despacio, sin prisa pero sin pausa. Hago un par de recados y me adentro en la Universidad de Zaragoza. El jardín, con su férreo estanque, lucen abandonados. Los estudiantes se refugian en los porches de la temida lluvia. Mis consabidos pasos me llevan a la facultad de Geologícas, donde realizo mi reclusión bibliotequeril. En el pasillo me cruzo con decenas de jóvenes estudiantes que nerviosos entran a su primer examen de selectividad. Con una sonrisa y un buenos días me abro paso entre ellos hacía la biblioteca. Por un momento, recuerdo cuando yo me encontraba en la misma situación que ellos. Que nervios pase, que calor hizo aquel día. No era lluvioso como este. Tanto esfuerzo...casi lo había olvidado.


Cuando entro en la biblioteca, una decena de caras se giran a mirarme. Las conozco casi todas, es una biblioteca pequeña y he pasado muchos días junto a esos anónimos compañeros estudiando incansablemente. Ya casi son parte de mi día a día. Las horas pasan y encamino mis pasos hacía mi hogar. Tras una breve comida, y un poco de Anime que me saca una sonrisa, me encamino de nuevo a la facultad bajo la lluvia. Allí me espera un buen amigo. Juntos hablamos sobre la chica que me quita el sueño, nunca mejor dicho, él me intenta centrar en los estudios, me dice que todos son ilusiones sin sentido. Se que tiene razón pero deseo fervientemente que se calle. No estoy dispuesto a volver de nuevo a mi desquiciante soledad. Llegan más amigos y juntos tomamos algo sentado en el porche de la facultad. Alegres momentos que compartimos dándonos una pequeña tregua antes de estudiar.


Es tarde y vuelvo a casa arrastrando los pies. Cuando enciendo el ordenador ella no me ha contestado. Dentro de mi siento pena, tristeza y soledad. Las historias solo acaban bien en los cuentos...me dice una voz en mi interior. Con pesar, busco entre los libros de mi biblioteca y encuentro una carta manoseada. En ella, una mujer excepcional, me declara su profundo cariño y amistad. Un poco más animado me siento delante del ordenador y le mando un mensaje, para que sepa que sigo bien. Cuando acabó de escribirlo la pantalla luminosa me envuelve y me atenaza. Cuanto desearía poder conversar con alguien, me digo entre susurros. Pero no tengo a nadie, una noche más. Mientras veo como mi gato se acomoda busco una música imponente como esta y comienzo a escribir. Ella no me ha contestado, ni creo que lo haga. Otro sueño que se esfuma. Otra ilusión que se pierde. No tengo ganas de seguir con este horrible horrible día. Mañana me espera otra jornada de trabajo sumida en la monotonía y carente de esperanza. Quizás mañana sea distinto. Quizás me haya contestado cuando despierte....Se que no sera así...Pero esa es otra historia.


Buenas noches y gracias por escucharme.





Video de UGGO87
http://www.youtube.com/watch?v=UiyFeT0Tpkk&feature=related

1 comentario: