martes, 6 de julio de 2010

Una calurosa noche de verano


Hace mucho tiempo le comente a una amiga que no tenia la menor idea de que iba ha hacer una vez tuviera vacaciones. Eso fue hace meses, cuando estaba en medio de los examenes de Enero, y el caso es que no tuve vacaciones. Así que no tuve muchos problemas, ya que justo cuando acabe el ultimo examen llevaba ya una semana larga de clases, con lo cual...Quizás debía haberme tomado entonces algunos días de descanso. El caso es que aquí estamos, muchos meses y esfuerzo después creo que empiezo a recuperarme de los estragos del curso.


Y eso es bueno, porque tengo muchas cosas por hacer, sin embargo, hoy no he hecho practicamente nada^^. La verdad, no se porque, pero me hoy me ha venido la sensación de aburrimiento y monotonía por la que pase en veranos anteriores cuando la única ocupación que tenía era...esperar a que acabara el verano. La verdad es que el año pasado no hubo verano, así que no podemos contarlo como tal, pero el anterior recuerdo que me aburrí bastante. Además hay que estudiar, con lo cual los días se hacen mas largos y pesados en casa sin poder ir a ningún lado porque te ata a tu silla un montón de libros que hay que empollar.


Hoy, como llevo hace un tiempo haciendo, he mirado al cielo a través del gran ventanal de mi cuarto. Entre las intensas luces de la gran ciudad he intentado ver las estrellas. Hace unos meses, como pasa el tiempo, volvía de una cita y me pare a ver las estrellas. Nunca me había querido fijar, o quizás nunca había llegado tan tarde como para fijarme detenidamente en lo bonito que es el cielo estrellado. En medio del jardín de mi urbanización me pare un segundo y mire al cielo. Parecía que las estrellas me observaban y me sonreían en silencio. Ahora, tengo el pequeño vicio de mirar el cielo cuando me siento solo o triste. No por que la infinidad del universo me haga sentirme mejor, no porque la belleza de las estrellas reblandezca mi corazón, simpemente lo miro porque me recuerda que sigo vivo. Me recueda que estoy aquí, solo, contemplando la inmensidad, me recuerda que estoy aquí y que aun soy capaz de poder cambiar mi destino. Nunca os olvideis de mirar las estrellas.


En estos días el enemigo de todos nosotros es el aburrimiento y el tremendo calor. Contra este último es fácil luchar, solo es cuestión de refrescarse y tirar de piscina publica. Pero el primero es un viejo conocido al que no estoy dispuesto a darle ni la mas mínima oportunidad. Así que a partir de pasado mañana el menda va a comenzar con su estudio del japones, ha dar voltios con la bici cuando el calor no apriete y a dar largos paseos por la ciudad en la cómoda compañía de uno mismo y en busca de alguna aventurilla digna de mención. Así que...Verano, lo vas a flipar^^. Pero esa es otra historia.

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