Bueno, tras una semana de descanso vamos a concluir el primer día de estancia en Yokohama. Nos quedamos andando bajo el duro sol en busca del famoso barrio chino de esta bella ciudad. Pero antes de hablar de él un breve reporte sobre nuestra rápida visita al estadio de Beisbol de Yokohama y alguna pequeña curiosidad al respecto.
Tras la odiosa caminata bajo el sol recuerdo que estaba bastante echo polvo, deseaba sentarme a descansar y recuperar energías. Por eso lo perspectiva de visitar un campo de Beisbol, un deporte al que nunca le he encontrado la gracia (que supongo que la tendra...) no me provocaba especial entusiasmo, así que me limite a intentar que mi cuerpo destrozado completara el recorrido sin morir de extremo agotamiento. El estadio era de los Yokohama BayStar, un equipo bastante famosillo por esos lares. El estadio era mucho mas pequeño que el Tokyo Dome, pero no estaba nada mal. Lo que mas llamaba la atención eran unos carteles pegados en el suelo con celo, uno detrás de otro, en los que estaban grabando diversos nombres. Resulta que la gente, en vez de hacer cola antes de que comience el encuentro para sacar entradas o lo que sea menester, dejaba esos cartones que le guardaban el sitio hasta el día del evento. Imagino que esto lo harán para evitar la formación de largas horas los días antes de los encuentros, los japoneses son tan apasionados que sin dudarlo se pegarian horas y horas de espera por una buena entrada. Además de las silenciosas filas de cartones pegados, lo mas reseñable del estadio era un hermoso parquecillo en su cercanía con un miniparque de fuentes de agua bastante bonito.
Tras dar la vuelta completa al estadio, ya todos estábamos bastante destrozados. Pero ante nosotros ya se alzaba la puerta de la ultima parada de aquel día. Me refiero a el Barrio Chino de Yokohama. Nunca había estado en ningún barrio chino antes, así que tenía una idea un tanto negativa de este tipo de ambientes. La realidad, por lo menos en Japón, es que son unos barrios repletos de tiendas y restaurantes ultracaros habitado mayoritariamente por chinos que venden a cientos de japoneses locos por su comida y sus suvenires. El barrio estaba franqueado por grandes portones chinos de vistosos colores que te daban la bienvenida al barrio. De inmediato calles repletas de gente y atiborradas de restaurantes y comercios. El museo visito un museo de ilusiones ópticas bastante entretenido, pero que tampoco nos asombro mucho, supongo que por el cansancio generalizado.
Lo que mas me hizo gracia del barrio chino fue una escena de choque de culturas que vivimos en el templo principal del susodicho barrio. Un templo muy bonito pero del que me echaron por...beber agua. Cosas que pasan^^....El caso es que la situación era la siguiente. Intentare reproducirla sin exagerar todo lo que pueda. La manada de gaijin salvajes estaban armados con su cámara en la cera de enfrente del "templo expulsa españoles que parecen rusos por beber agua". Y están haciendo fotos tranquilamente como si fueran...Japoneses en la plaza España de Sevilla. Cuatro jóvenes, dulces, inocentes y bellisimas japonesas andan por la misma acera felizmente cuando de repente ven el grupo de Gaijin haciendo fotos al templo. Yo, observador provilegiado, había ido a comprar la botella por la que momentos después me echarían del templo y pude ver la escena desde detrás de la niñas monas. La líder de las niñas monas, o la mas espabilada, les dijo a las otras al ver el grupo de gaijin que ocupaba toda la acera y estaban haciendo fotos. "Esperad que están haciendo fotos". Los gaijin no hablaban japones, pero a estas alturas sabían decir foto en japones "Shashin" (写真) y también tenían el clásico radar´de japonesas monas con lo cual las localizaron desde que llegaron a la calle por el rabillo del ojo. La reacción fue automática al oír la palabra mágica, todos los gaijin salvajes se giraron de inmediato como si tuvieran un resorte y comenzaron a violar a las pobres nipponas a base de fotos sin parar. Los dedos sacaban humo mientras se afanaban locamente por captar las mejores instantáneas de aquellas pobres nipponas. Ellas no podían mas que sonreír timidamente y sonreír esperando que solo fueran fotos lo que querían aquellos gaijin locos y pervertidos. Finalmente, los gaijin se cansaron (o terminaron la memoria de sus cámaras) y las dejaron libres. Las muchachas sonrojadas y confusas como si un tornada les hubiera pasado por encima, sonrieron y siguieron su camino algo perdidas. ^^ Increíble, simplemente increíble.
Mas tarde, cuando me echaron del templo, las volví a ver pasar por la calle y no parecían muy afectadas, aunque lanzaron una mirada entre nerviosa y divertida a nuestro grupo. Supongo que ahora sus fotos recorren los ordenadores de media España....Por cierto yo no tengo ninguna foto de aquel encuentro...Mmmm...Si no eres rápido, te quedas sin foto de japonesa mona. En fin, y así acabo la visita al barrio Chino de Yokohama. Tras eso cogimos un tren y volvimos cansados y exhaustos a nuestro hotel tras esta gran aventura. Nadie me podía decir en ese momento que volvería a Yokohama muy pronto y que ese viaje...me marcaría para siempre. Pero esa, esa es otra historia.
como te echaron?? a patadas?? XD como lo hacen los japos? o chinos :S
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