Las nubes de tormenta que nos amenazaban desde el horizonte parecía que no querían chafarnos aquel maravilloso día. De hecho, un sol ardiente volvía a imponerse en el cielo. Menos mal que hacía unos días había comprado una crema protectora con la que pude cubrir mi delicado cutis. Nos situamos tras bajar del alto mirador. Justo a su sombra, estaba anclado un viejo navío de vela. Tampoco era muy antiguo, de hecho me recordó mucho al barco de instructor donde navegan algunos marineros españoles durante su formación. Es decir, era un barco de vela de mitad del siglo pasado calculo yo. Aunque no so experto en barcos. La verdad es que era bastante bonito y me emocione de forma bastante tonta al ver la bandera (no oficial) nippona hondeando suavemente con la brisa marina. Justo enfrente del barco, una gran nube de burbujas emergía hacía la superficie, supongo que formaría parte del sistema de esclusas y demás, pero daba la impresión de que una poderosa criatura del mar estaba bajo las oscuras aguas esperando, y que de pronto iba a surgir con un bramido y llevarse a cualquier desdichado a las profundidades marítimas para siempre. En fin, cosas nuestras.
Tras dejar atrás el poderoso velero, nos adentramos por un pequeño parque infantil, donde además de las típicas atracciones infantiles, encontrabas casas pequeñitas adornadas como si de Walt Disney se tratara donde te podías transportar en su interior al Polo Norte o a una macabra y tenebrosa mansión del terror. Era una atracción para niños así que no nos dejaron entrar^^. No, no lo intentamos. En la puerta de alguna de estas casitas trabajaban actores caracterizados para atraer al publico. Tengo que decir que los de la casa del terror no estaban muy bien caracterizados precisamente...Además de estas casas recreativas había varios largos edificios repletos de maquinas recreativas y de mas. Recuerdo que era un placer atravesarlo pues al tener aire acondicionado nos libraban del horrible calor que asolaba Yokohama ese día, bueno el calor presente todos los días del viaje mas bien...Una vez superada esta pequeña zona recreativa, cruzamos un largo puente que nos llevo al Parque de Atracciones de Yokohama!. No montamos en nada, porque eramos unos pobres Gaijin y porque Razi no nos dejo, pero allí pudimos ver la famosa Montaña Rusa que se introducía en las entrañas de la tierra, unos troncos de agua con muy buena pinta y por supuesto la supermegamontaña rusa que ya había visto en algún vídeo de Razi. El encanto de este parque de atracciones radica en que esta en el mar practicamente. Con lo que la cercanía de este y el contraste con las bellas atracciones hace de este lugar un sitio único y condenadamente genial para montarse y pasar un buen rato. Algún día montare...Joer otra cosa pendiente...^^
Nos despedimos del parque de atracciones y nuestro Razi nos condujo por abandonadas calles hasta nuestro próximo destino. Dejamos a un lado otro megacentro comercial y llegamos a unas antiguas lonjas de pescadores, que ahora por dentro eran un lujoso centro comercial, y nos encaminamos poco a poco hasta una oxidada valla junto al mar. Lo primero que nos llamo la atención al ver las agua del Océano fueron la inmensa cantidad de medusas que flotaban en su superficie. Hablo sin exagerar, que por casi todas las aguas de Yokohama había millones y millones de medusas que flotaban cerca de la superficie formando auténticos enjambres de bichos blanquecinos. Es decir, que si caías al agua, la muerte debía ser casi instantanea. No se muy bien porque había tanta medusa, supongo que por el exterminio de sus depredadores, unido al intenso calor y que al estar en una bahía las medusas debían sentirse mas protegidas que en alta mar. El caso es que daba mucho miedo ver tanto bicho peligroso junto a solo unos metros. Recordad amigos, si vais a Yokohama en verano y caéis al agua, estáis muertos.
Cuando pudimos apartar la vista de nuestras amigas las medusas nos encontramos con una estampa maravillosa. De hecho, Razi nos había llevado allí para hacernos de propio esa foto con aquel fondo tan bonita. Pero para que voy a describírosla si podéis verla con vuestros propios ojos. Quien me diría que dentro de poco tiempo seria yo quien guiaría a unos amigos hasta esa maravillosa estampa. Pero esa, esa es otra historia.
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