En este mundo viven miles de millones de personas. Infinitas creencias, maneras de ser, actitudes, nacionalidades, intereses que se distribuyen entre todas ellas. Ninguna se parece a la de al lado, ninguna tiene los mismos objetivos que el de al lado. Este mundo este lleno de gente diferente. De todos ellos, estoy casi seguro que ninguno de ellos es un santo. Todos han o cometen pecados, de todo tipo y condición, que los alejaría de ser denominados como mártires o santos. Yo mismo no me considero un santo, ni siquiera una buena persona. Simplemente hago lo que puedo por hacer que el mundo que me rodea sea un poquito mejor. Supongo que de alguna forma eso ya es algo.
Hoy vengo ha hablaros de un hombre. Un hombre, que como muchos otros, hizo lo que pudo para que este mundo fuera un poquito mejor. Un hombre admirado por su gallardía, su cercanía y su nobleza baturra. Una persona con humildad por bandera y sonrisas en el rostro. Era admirado por aquellos que pensaban como él y por los que no. Y esto es algo muy difícil en estos tiempos que corremos. Estoy hablando, claro, de José Antonio Labordeta. Muchos de los que leéis estas lineas lo conocéis y los que no os animo a hacerlo. No sera una perdida de tiempo. Podría decir muchas cosas sobre este gran hombre, Español y defensor de su tierra, Aragón. Pero mis palabras son toscas y zafias y sin lugar a dudas no harían honor a la memoria de esta gran persona. Por ello, contare algunas cosas que hicieron que este hombre se ganara un hueco en su corazón.
Lo primero su cercanía. Era un hombre cercano, siempre atento con la gente, siempre receptivo a quien le saludara. Con una boina en la cabeza y un bastón entre sus manos. Cercano, esa palabra le describiría muy bien, alguien cercano a esta tierra y sus gentes. También me pareció sabio, una persona sabia, que daba guston escuchar hablar, aunque a veces le pudiera el temperamento aragonés. Sabio, como el que mas. Uno de los últimos. Tolerante, era un hombre tolerante, amigo de sus amigos y respetuoso con quienes se ganaban su respeto. Recuerdo lo bien que se llevaba con Federico Jimenez Losantos, enemigo político, alumno y al que siempre trato con respeto y cercanía, pese a las grandes diferencias ideológicas. Eran amigos, buenos amigos, para sorpresa de todos los demás. Un ejemplo, sin duda.
Sus canciones son famosas. Hoy creo que escuchado por lo menos 10 veces la canción de "Libertad.." pero son las menos famosas las que mas me gustan. La que mas me gusta Adamar, la puse hace unas semanas. Fue una pequeña joya que descubrí en un disco que compre hace años del maestro. Y es una canción que me emociona, me encanta, me cautiva. Su voz, inconfundible, siempre me acompañara...allá donde vaya, allá donde me encuentre. Por todo esto se gano un lugar en mi corazón y por todo ello mañana iré a decirle mi último adiós como tantos otros compatriotas y vecinos. Iré a decirle: Gracias y Hasta Pronto Maestro.
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