lunes, 13 de septiembre de 2010

Dioses y templos modernos


Mi cuerpo ya empezaba a fallar. Mi mente estaba exhausta y pedía sueño a gritos. Mis piernas no respondían y se quejaban con cada paso que daba. Todo lo que me rodeaba me parecía irreal y lejano. Y sin embargo, estaba encaminando a uno de los lugares mas impresionantes e increíbles que he visto en mi vida. Un lugar al que espero volver muchas veces antes de que mis días lleguen a su fin. Aquel día el destino de todos los de ese grupo de cansados aventureros cambiarían para siempre.


Psamos por un tienda One Piecera, donde vendían molonas camiseta de One Piece, que mas de uno se compro. La vendían dentro de tubos de plástico futuristas, nose muy bien el porque. También vimos un precioso coche rojo de marca...(lo siento pero no soy experto en coches ni tampoco me fascinan lo mas mínimo^^), que nos dejo a todos con la boca abierta, incluso a mi. Todo eran signos inequívocos de que algo grande se acercaba. Y no me equivocaba.


Las calles fueron haciéndose mas y mas largas y amplias. Cada vez mas gente se cruzaba con nosotros, el flujo de coches creía y los edificios se erigían hacía las alturas anunciando nuestra entrada en el barrio de Shibuya. Shibuya es un barrio muy popular de Tokyo. En él se encuentran tiendas muy importantes de moda y electrónica, además de grandes edificios con enormes pantallas de televisión que emiten estruendosos y gigantescos anuncios. De repente nos vimos abrumados por una marea de gente que nos rodeaba, por enormes pantallas que nos hacían abrir la boca sorprendidos por la calidad de las imagenes y por darnos cuenta de que nos encontrábamos en el mismísimo corazón de la metropoli mas moderna y tecnológica de Japón.

Nuestro corazón dio un vuelco y nuestras cámaras salieron de sus fundas cuando nos disponíamos a cruzar un paso de peatones famoso en todo el mundo. Así es, aquel famoso paso de peatones que aparece en cientos de reportajes sobre Japón, que es atravesado en el momento en que el semáforo se pone en verde por cientos y cientos de personas. Aquello fue como si nos montáramos en una montaña rusa y nos dejáramos caer por una vertiginosa cuesta. Yo no podía dejar de bocear y hacer fotos como un loco. Lamente no poder hacer un vídeo...pero el recuerdo permanecerá en memoria imborrable. Fue muy divertido y espectacular formar parte de aquello. Decenas de personas cruzando el cruce por todos lados y en todas direcciones. Increíble.


Aquel famoso paso nos llevo a la estación de tren, en cuya puerta de erige la estatua del también famoso perro Hachiko. Para el que no conozca su historia, Hachiko era un perro que acompañaba todos los días a su dueño y lo esperaba en la estación hasta que regresaba. Desgraciadamente, un día el dueño no volvió ya que murió de un infarto. Pero Hachiko le siguió esperando en al estación. Lo siguió esperando día tras día, en el mismo sitio, sin moverse. Los lugareños del lugar se apiadaron del pobre perro y le dieron de comer y de beber. Finalmente Hachiko murió, siempre esperando. En honor a su...gesto, los Shibuyenses le hicieron una estatua en el mismo lugar. Sin entrar en valoraciones sobre la historia, la estatua se ha convertido en un sitio característico y Hachiko en una mascota querida para todos los que amamos Tokyo. Así que ahí estaba yo, haciendome fotos con Hachiko, lo pude tocar, con mis propias manos. Desde ese día Hachiko ocupa un lugar en mi panteón particular y vela por mi camino y mi fortuna en Japón^^. Hachiko es Dios y Paul su profeta que diría alguno.


Tras pasar por un vagón de tranvía que ocultaba un museo sobre el pasado de Shibuya, nos adentramos por las calles comerciales en busca de la parada freake de la jornada. Se trataba de la famosa Mandarake. La Mandarake es una tienda de manga, muñecos y frekesmo en general donde puedes encontrar absolutas ganga y que es lugar de peregrinaje por todo freake que se precie. A mi me sorprendió bastante, pues para llegar a ella tenías que bajar unas interminables escaleras que no parecían tener final por un pasaje adornada como si de una oscura caverna se tratara. Cuando llegamos abajo nos esperaba un inmenso centro comercia dedicado al manga repleto de muñecos antiguos y nuevos, cartas y miles de cosas freakes distintas. Yo no tenía mucho interés en comprar nada y estaba ya a esas alturas en las últimas, por lo que me dedique a pasear y finalmente busque un lugar donde apoyarme cerca de una maquina de bebidas hasta que el resto termino de frekear. Igual estuvieron una hora mirando cosillas^^.


Tras abandonar el "templo" de la Mandarake, pasamos por una zona de tiendas donde pudimos sorprendernos al ver una tienda de Zara. Se ve que allí es super pija y super cara. Así que si queréis presumir de ropa en Japón por poco precio, llevaos algo de Zara y seréis dioses. Tras atravesar el famoso paso de peatones, llegamos a la estación y nos despedimos de nuestro amigo/guia Razi, que había quedado para conocer a una amiga japonesa. Quien le diría que sería la japonesa que cambiara si actual vida amorosa...Pero eso que os lo cuente él en su blog (razienjapon.com) yo no revelare nada mas^^.


Y así acabó la aventura del día que mas sueño y cansancio pase. Con todo fue un día intenso e inolvidable. Lleno de emociones y vivencias que nunca olvidare. Yoyogi, Hachiko, Takeshita, la Mandarake...Tantos sitios a los que he de volver...Pronto...Pero esa, esa es otra historia.

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