viernes, 12 de agosto de 2011
Un vacio en mi interior
Hacía muchos días que no me sentía como hoy. Dicen que el mar es tan extenso, que si una ballena rompe su superficie, el tan apenas lo nota como una pequeña vibración de su inmenso mundo, de su inmensidad, de su infinita superficie azul. Es tan grande el mal...que apenas puede sentir nada. Es como el universo, si una estrella explota, las demás casi ni se enteran, las mas cercanas ven a su hermana morir y comienzan a sentir una presión que las atrae hacía donde antes estaba su hermana. Cuando muere una estrella, cuando estalla un volcán, cuando se hunde una montaña, se produce un agujero. A veces el mismo agujero y lo que lo rodea es suficiente para colapsarlo todo. Otras el agujero crece y crece, engullendolo todo, poco a poco arrastrando a cualquier desdichada cosa que este alrededor hacía sus entrañas.
Ayer dije todo lo que tenía que decir, aunque no como pensaba decirlo. Simplemente lo solté, entre tragos de café y miradas nerviosas alrededor. Intente ser todo lo sincero que pude, intente rebuscar en mi interior y escupir hasta el último comentario, hasta el último argumento que se me ocurrió. Pero era un imposible, yo este Martes vuelvo a un país al que voy a acabar odiando, pues siempre me separa de la persona que mas quiere. La cosa quedo en un hasta luego, con un gran abrazo y muchos besos. La cosa quedo en un...quizás cuando vuelvas, si todo acabó viviendo cerca de ella y aun esta sola...Si aun no ha conocido a nadie todavía, quizás entonces podamos tener algo mas que una amistad especial. No derrame ni una lágrima, solo sonreí y le dije que lo entendía perfectamente. Que no había problema, repetí una vez mas mi proclama de que las cosas, son como son, no como queramos que sean.
La vuelta en el tren fue silenciosa, sin embargo, el dolor se resistía a llegar, las lágrimas no brotaban y eso me reconforto. Había afrontado la situación con tesón, con entereza y desenvoltura. O eso creía yo. Pero dentro del inmenso vació que sentía en mi interior, dentro de esa inmensa negrura había una agujero, fruto de alguna lejana y desapercibida explosión que lo creó. Un agujero que va creciendo poco a poco, arrastrándolo todo, llevándoselo todo, el dolor, las ilusiones y las esperanzas. Hoy dentro de mi, un nuevo agujero se ha hecho en mi interior. No era tan consciente, o quizás si lo era, de lo importante que era esta persona para mi, de lo mucho que la quería, de lo que la apreciaba y disfrutaba de su compañía. Ahora todo parece haber muerto para mi, no estoy triste, quiero seguir creyendo que hay esperanza, quiero seguir luchando hasta el final, hasta que ya no haya un mañana para mi y todo este perdido. Estoy lleno de un vació de rabia y tristeza que empuja para que me levante y arrase con todo lo que me rodea. Para que no deje nada a mi paso.
Voy a volver a Japón, no se en que condiciones y con que fuerzas pero voy a volver. Voy a volver a Niigata al año que viene, (su ciudad) esta vez para quedarme a vivir allí, ya sea como estudiante o trabajando. Y una vez allí, junto a ella, con una estancia indefinida en esta país, si aun esta sola, volveré a hacerle la misma proposición. Hoy y aquí tengo un nuevo objetivo por el que luchar, una nueva meta que alcanzar. No solo voy a volver a Japón, voy a volver junto a ella y no pienso fracasar, no pienso dejar que el destino vuelva a reírse de mi. Voy a luchar con uñas y dientes, voy a hacer lo que haga falta y solo la muerte podrá deternerme...Ese es mi objetivo, eso es por lo que voy a luchar a partir de ahora, si lo consigo y ella me ha olvidado, al menos lo habré intentado, al menos sabré en mi fuero interno, que lo he intentado con todas mis fuerzas
Así pues, un nuevo año comienza aquí. Un nuevo año de dolor, tristezas, caminares inciertos y melancolías. Conoceré nueva gente y otras se irán. Disfrutare de mi familia y amigos por última vez y habrá nuevos adióses y despedidas. Todo eso pasara este año, pero no dejare que me lleve el pesar ni la tristeza, no dejare que me lleve la angustia o la conmoción. No dejare que me venzan, ni en los estudios, ni fuera de ellos. Me mantendré fuerte como una roca e impasible como demonio. Ya esta el rumbo prefijado, ya hay una nueva meta en el horizonte y pido a Dios y a mis amigos que no me abandonen en este camino. Creo que es la única forma de que ese inmenso agujero no se me lleve, la única forma de que no se trage todo lo bueno que hay en mi interior. El próximo destino: Niigata.
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Gambareeeeee!
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