lunes, 2 de mayo de 2011

El Valor de los Escorpiones


Hace unos meses os contaba una de mis tantas vivencias personales. En ella os narraba como estuve enamorado...de una muchacha. Pero que me declare demasiado tarde y el resultado fue negativo. No quiero que penséis que he cambiado de opinión de lo que os contaba en esa entrada, pues el punto de vista de hoy puede resultar un poco contradictorio. Sigo manteniendo que si de verdad quieres a una persona, que si de verdad sientes algo por ella, lo que debes hacer es declararle tus sentimientos abiertamente. Lo que intento reflexionar hoy es sobre el momento, las formas, el transfondo. Hoy os voy a contar otra historia.

Me resulta un poco difícil hablar de ello, porque las cosas no están lejanas y las pequeñas heridas aun están rezumando exudados. Pero tengo que hacerlo, es la única forma que tengo ahora de olvidar e intentar pasar pagina. Aunque sea de una forma brusca y abrupta, pero es lo que necesito...Creo. La historia comenzó de la formas trivial y con una mirada, un gesto que me llamo la atención y mi cerebro diciendo. Que chica mas guapa.

Desde ese día hice todo lo posible por acercarme a ella. Nos mandábamos mensajes, hablábamos en las reuniones de la universidad, la invite al acuario incluso. Algo que no entra dentro de mis costumbres, no soy un hombre de acuario, soy bastante reservado para esas cosas y no me gusta mucho mezclar las cosas. Pero bueno la invite, y la cosa iba muy bien. Tan bien iba que hasta a mi me sorprendió. Así que nuevamente la invite el siguiente fin de semana. Esta vez, al cine.

Y la cosa tan bien fue muy bien. Tan bien, que decidí que el siguiente sábado sería el definitivo. Así que con el valor por sombrero y el corazón palpitante de emoción la invite a dar un paseo por el parque. Un simple y sano paseo por el parque. Si a mi también me parece la escusa mas idiota del mundo, pero no tengo mucha imaginación para estas cosas, ya lo siento. Fue entonces, cuando antes de nada, le pregunte si tenía novio (me habían jurado y perjurado que no pero las cosas son difíciles). Y me dijo que no, pero que si había un algo...y que la situación era complicada.

Al traste con mis ilusiones con mi valor y con todo lo que tenía dentro. Mi alma, se me cayó al suelo y se me quedo tirada y pisoteada como una manta vieja y llena de chinches. No se si fue la rabia o las ganas que tenía de contarle la verdad, que aquella misma noche le escribí un mensaje confesándole todo y pidiéndole salir con ella. Voy a hacer un inciso, parece todo un poco extraño...Y es que la chica es japonesa^^. Creo que eso explica algunas cosas...

Con las horas y reflexionando sobre el asunto, temo que me he equivocado. Pero el mensaje esta mandado y ya no hay vuelta atrás. Ya no hay marcha atrás. En este caso supongo que peque de impaciente y de estúpido, peque de falso valor, el valor de los escorpiones, quienes clavan el agujón sin pensar en las consecuencias. Lo único que esta vez el agujón me lo he clavado a mi mismo y ahora esta historia agoniza entre estertores de veneno. Aprenderé la lección y...espero que haya otra historia.

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