El deber que quita el sueño

Estos días en los que empiezo a ir con la biblioteca aun estoy fresco y despejado. Y eso se nota en mi estado actual a las horas que estoy escribiendo esta entrada. Y es que no se muy bien porque, sin tener obligación real, me estoy levántando a primera hora de la mañana para desayunar tranquilamente e ir obedientemente a estudiar a la biblioteca. Me sorprendo hasta a mi mismo levantandome tan temprano para estudiar. Pero bueno, mejor ahora que puedo y no estoy muy cansado.

Y es que estoy seguro que unas semanas nada podrá hacerme levantarme de la cama tan temprano y que mi cabeza estará tan cansada que tan apenas podrá pensar con claridad cualquier mero quehacer. Este mes es el mas largo del año, como ya expuse en mi entrada anterior, pero al final los días pasan apelotonadamente y poco a poco se va aproximando el día del examen. De hecho el primero ya ha quedado atrás, ayer fue el examen de Japo escrito y pese a ser mas difícil de lo esperado, ya esta superado y probablemente aprobado. Uno menos.

Fue grata la sensación de ayer en la biblio, encontrándome con viejos nakamas de estudios y descubriendo algunos nuevos. Y es que la biblioteca no solo tiene cosas negativas, también las tiene positivas, y muchas. Entre ellas la posibilidad de confraternizar mas con tus compañeros y amigos, que siempre esta bien. Al fin y al cabo, si la felicidad compartido une, para bien o para mal el sufrimiento estudiantel lo hace aun mas si cabe. Así que se hacen buenos nakamas entre el ruidoso silencio de la biblio.

Bueno, creo que ya se me esta haciendo un poco tarde y los pollos me esperan en la biblioteca para que aprenda como criarlos y sacrificarlos. Hoy no sera un día muy duro, pero no volveré a casa hasta la noche. Aunque ahora que anochece tan tarde, cuando atravieso el umbral de mi casa aun se ven los últimos renglones del astro rey. Lo cual es bueno porque no es tan triste volver a esas horas, parece que es mas pronto, y por otro lado no me deja ver las estrellas cuando atravieso el jardín de mi casa. Pero bueno, pronto podre ver las estrellas...Las veré en un país lejano y maravilloso. Pero esa, esa es otra historia.