viernes, 27 de agosto de 2010

Flores de Fuego


Sin duda este fue uno de los días mas bonitos e inolvidables que pase en Japón. Tras comer en Akihabara quedamos cerca de la estación, uno de los lugares mas famosos y transcurridos, para encaminarnos juntos hacía nuestro destino en Motoyawata. Recuerdo muy bien el lugar que quedamos pues justo a nuestra espalda había dos maid especialmente provocativas y nuestros ojos no podían dejar de mirarlas por mucho que intentáramos distraernos con otra cosa o poner la mente en blanco. Realmente hermosas, estuve a punto de aceptarles el papelito y to. Pero no me dio tiempo ya que cuando estuvimos todos nos encaminamos a nuestro destino: Motoyawata.

Allí nos esperaban Julían y Ryoko (colombiano y japonesa) una pareja de enamorados que habitan en este pequeño pueblo nippon. Podéis seguir sus aventuras y desventuras en su propio blog. http://www.ryojulienjapon.com/. Allí podréis saber mucho más de ellos, de verdad que merece la pena seguirlos. Como son amigos de Razi, y espero que a partir de este viaje también un poco mios, nos invitaron a presenciar un autentico Hanabi. Pero antes de entrar en detalles sobre el Hanabi, dos apuntes que me llamaron la atención de la pequeña vuelta que dimos por Motoyawata. La primera, que Razi nos llevo a un Ebook. Una especie de tienda de libros y manga de segunda mano. Allí una legión de Nippones leían de pie el manga que querían sin que nadie les dijera nada. Así los pequeños pasillos estaban repletos de nippones y nipponas de pie leyendo silenciosamente su manga favorito. No podéis ni imaginaros el mal royo que me daba pasar entre ellos, de lado e intentando no molestarles. Había un silencio sepulcral y una rara tensión en el ambiente que aun hoy no puedo entender. La otra cosa que me llamo la atención es que cuando nos fuimos de exploración por el pueblo atravesamos un paso a nivel que pasa justo por el centro de la ciudad con todo el peligro que aquello podía implicar (recordar la matanza que ocurrió hace poco en España) sin embargo, nunca pasaba nada. ¿Por qué? Respeto y educación. Creo que no hace falta que añada nada mas al respecto. Por cierto, como dato curioso cuando pasamos al lado de una tienda de revistas, una racha de viento abrió la tapa de un libro...porno. Y pudimos disfrutar al pasar tranquilamente de una bella nippona desnuda. Cosas del destino... O a lo mejor la perversión nos persigue.

Por fin llego el momento y conocimos a Julian y su esposa Ryoko. Ambos ataviados con Yukata se presentaron y nos invitaron a seguirlos expresando su deseo de que lo pasáramos bien. Entonces comenzó la autentica aventura inolvidable. Lo primero que hicimos fue coger comida y cervezas, indispensables para un Hanabi. Y luego encaminarnos por estrechas calles, pasajes 100% Nippones y rodeados por hordas de japoneses hacía el rió. Increíble, estar rodeado por cientos de japoneses en un acto de expresión cultural 100% japones. La cosa fue de mejor mejor conforme nos acercábamos al rio. Japoneses en yukata, niños corriendo, ambiente festivo y puramente feliz. El camino nos llevo finalmente al río. Donde yo pude degustar al fín de los Takoyakis (pinchos de bola de pulpo) que quería probar desde que oí de su existencíia y que no me defraudaron. Cuanto los echo de menos...

Pero os preguntareis. ¿Qué es un Hanabi?. Pues bien, son unos fuegos artificiales que cada pueblo y barrio de Japón celebra un día en el mes de Agosto. Cada localidad compite con las otras por ver quien hace los Hanabi mas bonitos y espectaculares. Los nippones, se sientan cerca de los ríos (o en cualquier sitio despejado) y contemplan los fuegos mientras hacen un picnic y se emborrachan cual buen nippon. Guiados por Julian y su esposa nos sentamos encima de un plástico y entre cervezas, sake y comida nos preparamos para uno de los espectáculos mas bellos de Japón. Simplemente fascinantes, simplemente espectaculares. Una maravilla que todos tienen que ver en esta vida y que yo pude disfrutar en directo. Muchas gracias desde aquí a Julian y Ryoko.

Tras los Hanabi nos fuimos a un bar nippon, de esos de bebe todo lo que puedas...Que nos busco amablemente Ryoko. Parte del grupo se fue a casa (los mas veteranos) pero los mas jóvenes nos quedamos dispuestos a disfrutar de aquel día tan maravillosamente nippon. Imaginaos, 7 españoles y una japonesa con mucho alcohol a su alrededor...En fin, que el resultado fue este, cortesía de Julian.






¿Bonitos los Hanabi verdad? Envidiadme malditos!^^. Por cierto, no estaba muy borracho, aunque lo parezca. Estaba practicamente bien.^^. El que acabo mal fue el que estaba sentado a mi lado, Roger, que acabó borracho perdido. Además perdimos el último tren a casa con lo cual tuvimos que quedarnos allí en Motoyawata a pasar la noche. Julian y Ryoko nos acogieron en su casa e incluso le lavaron la camiseta a Roger. Un acto de hospitalidad y amabilidad que nunca olvidaremos y por el que les estaré eternamente agradecido. Tan lejos de nuestra tierra, algunos de nosotros muy borrachos y aun así nos acogieron y nos ayudaron ante todas nuestras adversidades. Hay gente buena en este mundo señores. Al amanecer volvimos a Akihabara con el primer tren. Cansados pudimos ver otra cara de nuestra amada Akihabara. Una Akihabara completamente vacía y desértica. Salvo algún despistado, entre ellos un niño que guardaba cola nose para que a las cinco de la mañana y que nos vio con temor cuando pasábamos. Esa estampa tan bonita de Akihabara vacía completo un día maravillos y glorioso que nunca, nunca, olvidaremos. Pero aquel maravilloso día no iba a ser el último. Pero esa, esa es otra historia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario