Un año más va terminandose. Un año intenso, llenos de experiencias, sueños realizados y otros frustrados. En lineas generales ha sido un buen año. Duro, pero un buen año. Me llevo algún que otro sinsabor y mas de una derrota, pero también me llevo numerosos triunfos académicos y porque no decirlos, personales. Entre mis mayores logros, dejando de lado los académicos, esta el haber podido conocer a gente única y excepcional en mi largo caminar hacía mi meta. Algunos han sido simples conocidos, otros ya son amigos. Una amalgama de personas que me han hecho ser mas rico intelectual y emocionalmente, y de los que doy gracias a los Dioses por haberlos podido conocer.
Esta semana estamos poniendo el punto y final en muchos sentidos a este año que se acaba. Por un lado, la remesa de japoneses que estudiaron en la universidad este cuatrimestre, vuelven a sus tierras. La verdad es que no he intimado tanto con ninguno como hice con los anteriores, es difícil hacer amistad con gente que viene de tan lejos, o a lo mejor he sido yo el que no lo ha conseguido. El caso es que me llevo buena gente conocida, algunos a los que espero volver a ver en un futuro mas o menos lejano, pero ninguno al que pueda llamar de verdad: Amigo. Pero bueno, el mundo aun no se ha acabado, aun queda mucha caminata por delante y quien sabe en que punto y lugar volverán a cruzarse nuestros respectivos destinos. Además, he aprendido muchas cosas y he podido valorar muchos de mis errores, los cuales espero poder corregir en un futuro. Paso a paso.
Por otro lado, se quedan buena gente que he conocido a lo largo de este año. No solo mis Nakamas que me acompañaron a Japón, a los cuales dedicare una entrada especial proximamente, sino también muchos amigos y conocidos nippones que me han enseñado muchas cosas y gracias a los cuales se ha enriquecido tanto mi mente, como mi corazón. Finalmente, nuevos compañeros se han unido a mi en el estudio diario del japones y si bien algunos se han quedado atrás, otros nuevos han venido a llenar cierto vacio tras su marcha. Ellos también me han enriquecido en todos los sentidos. Finalmente, nuevos compañeros en la Facultad, donde siempre rehuse de hacer amistades, que han venido a mejorar y favorecer mi lucha final contra la maldita carrera que estoy cerca de derrotar finalmente. Desde luego, aquí he dado un gran paso adelante.
Pese a todos estos logros, estas Navidades me temo que van a ser tan solitarias y tristes como lo fueron las anteriores. Parece que aun no he encontrado mi buena estrella y que nuevamente sera la eterna soledad la que me acompañe en estos días en los que las familias se reunen y todos expresan sus mejores deseos para el año que empiece. Yo solo tengo dos, que todo continué bien en lo académico y en lo personal, y que abandone de una vez esta larga soledad. Muchos como yo, pasaran estas navidades con este mismo pesar, y la existencia de "otros" no creo que les consuele mucho, pero para todas aquellas almas en pena que pasaran estas navidades con el corazón aquejado de la flojera del silencio, animo y a seguir. Este año esperan muchas cosas, un nuevo e ilusionante viaje a Japón, nuevas amistades, nuevas despedidas y reencuentros. Espero que cuando acabe el próximo año pueda hacer un balance mas positivo aun del que he hecho este. Solo sueño despierto, solo alzo la mirada al cielo e intento ver alguna brillante estrella que ilumine mi oscuro camino. Pero esa, esa sera otra historia.
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