sábado, 31 de marzo de 2012

Comienza la Semana Santa


Estas semanas han sido completamente demenciales. Así que pido perdón, por si llevaba mucho tiempo sin escribir, lo cierto es que los días pasan de forma demasiado rápida y hay tantas, tantas cosas por hacer cada día que no doy a basto. Me levanto muy temprano, doy muchas practicas a lo largo del día y clases (el pasado lunes hice 11 horas seguidas entre una y otra) y encima tengo que lidiar con el japones y con los preparativos de las estancias de este verano. No tengo tiempo, y lo peor, me resiento por el cansancio acumulado y acabo fatal. Ayer mismamente, no podía ni alzar la cabeza sin que esta estallara en una tremenda explosión de dolor. Pero bueno, hoy sábado he podido descansar mucho, justo a tiempo, pues mañana comienza la Semana Santa.

Esta Semana Santa, como creo que ya comenté, es especial en muchos sentidos. El principal de ellos es que sera la última en mi tierra. Lo sera porque si todos mis planes salen bien, al año que viene no estaré por estas tierras. Ojala que sea así de verdad. Por ello me inunda una especial emoción cuando pienso que esta puede ser la última vez que recorra con mi traje las calles de Zaragoza. La última vez que haga redoblar el tambor, la última vez que toque con mis compañeros. La última vez de tantas otras cosas que...no puedo dejar de emocionarme.

Además, esta Semana Santa participo en la procesión junto a mi hermana, con lo cual prometía estar llena de momentos especiales e ilusionantes. Pero claro, las cosas no siempre salen como nosotros queremos. Y esta Semana Santa, ya van dos seguidas, los cielos nos anuncian tormenta. Parece que después de estos largos meses de intensa sequía el Dios de la meteorología quiere amargarnos un año mas la Semana. Y eso que el año pasado, pese a las esporádicas lluvias pudimos salir nosotros los tres días que teníamos que salir. Pero este año no nos las prometemos tan felices. Y es que para empezar este Martes ya amenaza lluvia, lo que significa que muy probablemente no pueda salir con mi hermana y una nueva ilusión se venga al traste. Pero yo soy un hombre de fe y tenemos un 50% de probabilidades de que no sea así, de modo que esperaremos mirando al cielo que el destino nos de por fin una tregua. Sino, sera algo bastante triste.

La Última Semana Santa. Y ya tengo casi todo preparado. Mañana marcharé con ilusión hacía el último ensayo, miraremos al cielo de reojo y por la tarde romperemos el silencio con nuestro tambores. Esperando poder disfrutar como la primera vez, hace muchos años, de esta afición tan renovadora, emocionante e intensa. No soy una persona muy religiosa, pero si creo, por ello redoblare con fuerza y mirare al cielo deseando una vez mas que este año este lleno de éxitos. Además, como siempre se dice, nunca digas: Nunca jamás.

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