domingo, 27 de febrero de 2011

El Final de una Historia


El Destino intento reírse de nosotros y de algún modo se llevo un regusto amargo en su victoria. Si bien es cierto que nos venció, lo cierto es que no pudo evitar que nos dejara el regusto dulce y jamás podrá borrar las bonitas e increíbles experiencias que vivimos, ni sus caricias, ni su recuerdo, ni su memoria. No quiero ponerme nostálgico y dejaros a todos un sabor de boca agridulce, así que voy a dedicar esta entrada a contaros el camino que esta por venir y el camino que tristemente he dejado atrás hasta ahora.



El tiempo, de forma constante y cruel, pasa inexorablemente sin preguntarnos si queremos que se detenga, sin cuestionarse cuales son nuestros deseos. Y así 6 meses han ido sucediendose desde que marchara de mi amado Japón. En estos meses han pasado muchas cosas, he conocido gente nueva y he hecho nuevos nakamas, he aprendido mucho más de el japonés, he estudiado y profundizado sobre la veterinaria japonesa y poco a poco han ido naciendo y gestándose nuevos proyectos que se alzan ante mi con renovado entusiasmo e ilusión.


Aun no se el resultado del Noken, supongo que llegara pronto. Así que no tratare nada sobre él en esta entrada, ya que pienso dedicarle una especial única y exclusiva. De momento, veamos los retos que tenemos por delante. Los examenés han ido mas o menos bien, falle en uno de ellos y me tocara estudiar para septiembre (casi apruebo, pero se quedo en casi), pero el resto han ido razonablemente bien y ya tengo un montón de materia menos por estudiar. Así que mi atención se centra desde ya en los 5 examenés que tengo para el próximo Junio. No son muy difíciles y esta vez contare con tiempo suficiente entre ellos para sacarlos adelante, así que soy bastante optimista y esperanzador. Son duros, pero hay tiempo para hacerles frente.


Por otro lado tenemos el examen de final de curso de Japones en la universidad. Es un examen que no me preocupa en exceso, y que además me ayudara a mejorar independientemente de cuales hayan sido los resultados del Noken, eso es un punto a mi favor. Por otro lado, muy probablemente vaya a realizar unas clases semanas informativas a unos compañeros de mi facultad sobre el japones. Solo es un poco de información sobre el idioma, hiragana, katakanas y esas cosas encaminado a que ellos continúen a partir de Septiembre (si les interesa) los cursos de la universidad de japones. En fin, pienso que puede ser divertido.


Y vamos a la parte mas interesante, al final de la historia. Como os dije nos separamos en aquella estación con el corazón hecho trizas y de la misma forma llegué a Zaragoza. Podéis ver en mis anteriores entradas como me he ido sintiendo en todo este tiempo así que no me parare a comentarlo. Mantenía una correspondencia a base de mensajes con ella mas o menos frecuente. Nos contábamos cosas intrascendentales, otras mas trascendentales...En fin, nada fuera de lo común supongo...Poco a poco los intervalos entre mensaje y mensaje fueron creciendo y finalmente no recibí mas mensajes de ella. Lo pase bastante mal, por no decir que muchos días estuve apunto de rendirme y echar la toalla en mi alocado batallar. Este verano quiero volver a Japón. En un principio quise volver por ella, después quise volver como una pequeña recompensa, ahora planeo ir con intenciones académicas e informativas. Justo cuando estaba decidiendo si ir o no, si asumir el riesgo o esperar un año más para ir, llego un nuevo mensaje de ella. Me dijo que sentía su mutismo, pero que había estado muy ocupada con los examenes (japoneses^^) me dijo que quería que la siguiera escribiendo cuando tuviera tiempo libre. Ese mismo día, decidí coger los billetes y en estos momentos...En estos momentos los tengo entre mis manos. Aun no se lo he dicho a ella pero lo he dejado caer...Y en unos días pienso decirle que este verano si quiere, podemos tener una segunda oportunidad.


No tengo muchas esperanzas, yo mismo no me las he dado y mis amigos y compañeros se han encargado de reafirmarme en mi postura de que...Estas cosas solo pasan en las películas. Si supieras la de veces que he escuchado "Es muy difícil" en estos últimos meses. Y lo de la distancia, lo de la distancias si que es una verdadera retahíla. Estos meses he tenido...ciertos contactos con algunas chicas. Uno es débil...y en los momentos de bajón o de intensa melancolía la soledad a veces te empuja a intentar huir de ella sea como sea. Pese a todos esos contactos he ido cortando la relación con esas chicas en cuanto la cosa excedía los umbrales de la amistad. Mis amigos me decían que no lo hicieran pero yo, hasta ahora, me mantenido firme y solido como una roca. ¿Esperando que? Un milagro...o...este verano. Esperando este verano y ver que pasa en mi estancia a Japón. No me importa esperar un año, no me importa plantarme ante el destino y desafiarle a un nuevo combate. No me importa perder. Pero al menos quiero intentarlo. Al menos quiero volver a verla. A las malas, me llevare su amistad que sera un grandisimo tesoro y quien sabe...La moraleja de esta entrada...es una oda a la esperanza o a la insensatez. Es un recuerdo de que...Las historias con finales felices no existen. Pero si existen los momentos felices, si existen las hazañas logradas, si hay cavida en este mundo para...para la esperanza.


No se que opinareis vosotros. No se si creéis que solo soy un loco o un soñador o que me voy a llevar un nuevo palo al ponerle las cosas tan fáciles al destino. Pero, sea lo que sea y sea cual sea el resultado, espero que podamos andar este camino hasta Julio juntos. Este camino que empieza ahora y que me lleva de nuevo a ese maravilloso país que es Japón. Ya tengo los billetes, ya he dado el primer paso hacia allí, hacía mi hogar...y quien sabe si el primer paso hacía algo mas. Pero esa amigos mios, esa es otra historia.


viernes, 25 de febrero de 2011

Una ultima caricia

Creo que todavía no había puesto esta canción. Así que aquí os dejo este pequeño gran regalo. La canción se llama "Cartas Entrelazadas" de la maravillosa cantante española "Zahara". Que signifique de algún modo el punto final de lo que fue la historia de la semana pasada. Un punto...y aparte mejor. Buen fin de semana

lunes, 21 de febrero de 2011

El tercer tren a Chiba


Como ya os conté en la primera entrada de esta historia, cuando ella y yo nos conocimos, tan apenas pudimos pasar tres semanas juntos ya que ella tuvo que volver a su país. En aquel entonces (una vez mas os traslado a entradas anteriores) yo me quejaba de la odiosa coyuntura en la que me había puesto el destino, me quejaba de lo injusta de mi situación...Justo cuando nos estábamos descubriendo mutuamente, justamente cuando establecimos espontáneamente un fuerte nexo entre los dos este se rompía irremediablemente. Trasladados a los último días en Japón el destino volvió a manifestarse de forma terrible y desoladora.


En principio íbamos a quedar dos días después de nuestro primer encuentro en tierras japonesa, lamentablemente el destino volvió a jugar en nuestro contra. Esta vez, a causa de terceras personas ella tuvo que hacer un viaje a familiar justo en esos días. Era un viaje implacable y empujado por...lo acontecimientos...De nuevo parece que el destino estaba jugando con nosotros. Así que como último recurso, la única fecha posible en la que podíamos vernos era el penúltimo día antes de mi partida de Japón. A menos de 24 horas para tomar el avión se iba a producir nuestro último encuentro. ¿Acaso no es caprichoso el destino?


Quedamos en la estación de Akihabara a las 16:00. Ella no podía quedar antes, ya que regresaba esa misma mañana del viaje, así que no quedo mas remedio. Recuerdo muy bien el nerviosismo que de nuevo me inundaba aquella mañana. Recuerdo casi cada momento, cada instante y cada sentimiento y esperanza que albergaba mi corazón. Lo primero que hice, varias horas antes de nuestro encuentro, fui a comprar los últimos regalos que me quedaban por comprar y acompañe por última vez a mis amigos por las transitadas y calurosas calles de Akihabara. Hacía un calor infernal aquel día y no podías parar de sudar con solo pisar la calle y andar unos cuantos pasos. Así que para no dar un aspecto bastante lamentable, entraba en las tiendas con aire acondicionado para huir del calor infernal y portaba una pequeña toalla para secarme el continuo sudor.


Comi solo por última vez en mi restaurante favorito y di mi último y definitivo paseo por mi amada Akihabara. Deambule por las tiendas e intente descubrir nuevos rincones que grabe a fuego en mi memoria. Finalmente, la hora llego y me encamine a la estación. Allí me sorprendi al ver montones de gente atiborrando la estación. Era un día festivo y muchos nipones habían tomado las calles del famoso barrio, así que una marabunta de gente entraba y salia de la estación. Temiendo no encontrarla entre tanta gente le mande un menaje diciendole en que salida me encontraba. Nervioso, comence a deambular de un lado para otro intentando verla entre la multitud, esperando con ansia poder volverla ver.


Finalmente, una vez más de espaldas, la vi. Allí, en la salida que daba a la plaza de la electrónica de Akihabara (el corazón del barrio), de nuevo me acerque y la salude con un efusivo abrazo. Esta jornada no fue tan dulce como la anterior. De alguna forma, ambos sabíamos que iba ser la última vez que íbamos a vernos, de alguna forma sentíamos que el destino se estaba riendo de nosotros. Fuimos a comprar unos auriculares a un transcurrido centro comercial y después le anime a que me llevara a cualquier lugar que conociera y que le gustara para tomar algo. No recuerdo donde fuimos, solo se que era un bar en la última planta de unos grandes almacenes. Y es que aquel día solo tenía ojos para contemplar su belleza, su temple, solo tenía oídos para escuchar su voz, su suave y carismático acento. Solo tenía deseos de poder acariciarle y estrecharle las manos. Solo quería decirle todo lo que sentía por ella, solo quería tener valor suficiente para abrirle mi corazón. Pero...no pude.Fracase.


Cuando ya estábamos en la estación sentí la apremiante necesidad de hablar, sentí la apremiante necesidad de contarle todo. Sentí la apremiante necesidad de hacer algo. Se me estaba escapando, se me estaba escapando delante de mis narices y sabía que nunca mas podría volver a tener una oportunidad como aquella. Sabía que nunca más podría estar allí, en Tokyo, junto a ella si no hacía nada. Claro que el destino iba a separarnos, claro que no íbamos a estar juntos nunca más, pero recordé unas palabras que escuche en un anime no hacía mucho tiempo: "Si no dices nada, no ganas nada".


En el anden del tren que la llevaría a Chiba, su hogar, comencé a hablarle del pasado. Le hable del día que nos conocimos, de los momentos que pasamos juntos en España. Le aferre las manos y ella aferro las mías y con voz torpe y palabras cortadas le dije todo lo que ella me trasmitía, todo lo maravilloso que veía en ella, todas las cosas que habían hecho que mi corazón le perteneciera. Estaba dispuesto a abrirle mi corazón, estaba dispuesto a dejarlo todo en aquel anden, estaba dispuesto a abrir mi alma y exponerla ante aquella mujer. Pero llego su tren y con pesar en su mirada dijo que tenía que marcharse. Yo me negué y casi le suplique que esperara el próximo tren. Y espero. Entonces hable, mi voz se torno firme y mis dedos se entrelazaron con los suyos llenos de júbilos y repletos de caricias. Los sentimientos brotaron por si solos y las palabras una tras otra le abrieron mi corazón poco a poco. Los minutos volaron y el siguiente tren ya estaba allí...Mas suplicas, unas ultimas palabras y...el segundo tren se fue pero ambos permanecimos en el anden.


Cuando el tercer tren llegó, mi corazón estaba abierto de par en par. Recordare siempre sus palabras, recordare siempre lo que me dijo, las últimas palabras que escuche, las ultimas palabras que siempre llevare conmigo: "No puedo quedarme, porque si lo hago nunca me marchare". Y ya sin palabras nos fundimos en un abrazo intenso e intemporal, los dos nos fundimos en unos solo...Y el tiempo, caprichoso y juguetón, volvió a detenerse. Esta vez, lo hizo para siempre. Ella se fue en el tercer tren dirección a Chiba. Dejandome a mí, solo, en aquella solitaria estación donde para siempre reside mi corazón.


Hace menos de un año escribí una entrada que en la que expresaba mi dolor por la separación y el regreso a España. Relataba con amargura las lágrimas que brotaron de mi rostro como caudalosos ríos cuando me dirigía en tren al aeropuerto de Narita. Mis lágrimas, las lágrimas de dolor no solo eran por abandonar aquel país tan maravilloso, el país de mis sueños, no solo era por el gran valor que tenían para mí las nuevas amistades que encontré, no solo era por las increíbles e inimaginables experiencias que viví, ni por las absolutamente maravillosas cosas que vi. Mis compañeros se sentían tristes por todo eso y sin embargo, aguantaron el llanto. Yo no soy ni mas sentimental ni menos que ellos. La diferencia radicaba en que yo no solo tenía que decir adiós a todo eso, sino que tenía que decir adiós a la persona a la que amaba. Mis lágrimas eran las de un hombre al que se le había concedido algo maravilloso que se le había extirpado al momento.


Yo, lloraba en aquel tren por todas esas cosas, pero sobre todo lloraba de felicidad. Por la felicidad que me había dado aquel viaje, por la felicidad de haber estado en el país de mis sueños pero sobre todo por la felicidad de haber encontrado a una persona tan maravillosa como aquella y haber tenido la oportunidad de compartir unos días de oro junto a ella. Mi corazón lloraba porque lo estaban separando inexorablemente de ella. Esta no es una historia triste, pero tampoco es una historia feliz. Es mi historia, la de un hombre al que un país y una persona le dieron todo lo que podía desear, para luego arrebatárselo de un plumazo. Volvería una y otra vez a aquella estación y agradezco cada día todas las experiencias que pude vivir en aquel viaje, todas, absolutamente todas.


La historia podía acabar aquí, pero como ya dije hace un tiempo las historias no suelen tener un final definitivo. Y es que esta historia tiene un prologo que puede dar pie a la esperanza o no...Pero esa amigos mios, es una última entrada que pondrá punto y aparte a mi vida. Una última entrada donde quizás la esperanza renazca, donde quizás esta historia de amor no acabé en aquel anden de una estación cualquiera de Tokyo. Pero esa...esa si que es otra historia.

domingo, 20 de febrero de 2011

Luces sobre el mar


Hay momentos, buenos y malos, que quedan para siempre grabados en nuestra memoria. Hay fragmentos de nuestro pasado, que nos sorprenden aun ahora por lo increíbles y maravillosos que fueron. A veces son estos pequeños fragmentos, estos pequeños momentos. Y las sensaciones y sentimientos que sentimos en esos momento lo que al final queda cuando te paras a pensar en que es para ti la felicidad. Felicidad suministrada en cucharillas de café pero cuyo dulzor revitaliza al mas decaído corazón. Continuando con mi historia de ayer, hoy voy a continuar con mi pequeña historia, no sin antes adelantaros que no acabara en esta entrada.


Me encontraba justo detrás de ella. Dije una frase sin sentido de las mías y entonces, todo lo que me rodeaba, todo los nervios y pensamientos que pasaban por mi cabeza desaparecieron en un instante. Todo se desvaneció tan rápido, no solo mis pensamientos negativos, sino todo el mundo que me rodeaba. La bulliciosa gente que pasaba a mi alrededor se convirtieron en sombras y el mundo se torno tan borroso que no soy capaz de recordar ningún detalle. Solo recuero su inmediata sonrisa, solo recuerdo ese abrazo que me dio. Antes de que pudiera reaccionar sus brazos rodeaban mi cuello, una sensación de cercanía, de bienestar y de calma me inundo. Todo dejo de tener sentido, y por fin la misma vida volvió a tenerlo. Fue apenas un breve abrazo y dos besos de cortesía pero fue el abrazo mas intenso de los que tuve en aquel año, solo superado por otro anterior que también me lo dio ella tiempo atrás en España...Aquel abrazo me marco el alma y marcaría los acontecimientos que sucederían en toda la jornada.


Recuerdo que me comportaba como un zombi, casi como un autómata. Recuerdo que el tiempo no discurría normalmente, sino que volaba. No había cansancio, no había hambre, no había pesares, solo estaba ella y yo caminando el uno junto al otro por las soleadas y calurosas calles de Yokohama. Con los demás compañeros de quedada apenas intercambie unas palabras, lo justo para no parecer muy mal educado. Me recuerdo reprochandome por ello, maldiciendo por no ser tan poco atento, pero no pude evitarlo, para bien o para mal no pude evitarlo.


Recuerdo que fue como un hechizo, un dilatado hechizo de felicidad. Recuerdo trazos de conversaciones con ella, se disculpo por no haber mantenido un contacto mas fluido en ese mes que nos separo, dijo que se encontraba muy ocupada (conociendo a los japoneses no me extraña nada). Caminamos, hablamos, sonreímos y recordamos. Y así el día paso, casi sin darnos cuenta, como un sueño hecho realidad, como una fantasía que duraría eternamente. Las horas pasaban y el día, inexorable, dio paso a la noche. No la olvidare, nunca podre olvidarla, la bella noche de Yokohama.


Caminamos por el paseo marítimo, donde decenas de acalorados enamorados se agolpaban en los bancos del paseo marítimo disfrutando de aquella fabulosa estampa que les regalaba la noche de maritima. No puedo transmitiros casi con palabras la bella impronta de la ciudad oscurecida, iluminada por las potentes luces de sus carismáticos edificios. El alto Landmark y la noria de fondo, con luces de diversos matices de color, reflejados en un mar oscuro y en calma que acariciaba suavemente los aledaños del paseo marítimo. Los barcos de recreo, iluminados con miles de luces, parecían barcas de otro mundo que sobrevolaban la negrura misma de un cielo en el que se reflejaban las luces de los grandes edificios. Aquella estampa, aquella estampa era simple y llanamente maravillosa. Allí, con todas las luces de fondo, le pedí hacernos una foto con mi precaria cámara. No es muy buena, pero paradojicamente es la única foto que conservo junto a ella los dos solos. Una foto que se ha convertido en un autentico tesoro de uno de los momentos mas felices de mi vida. Ahora, con el paso del tiempo, me aventuro a decír que lo verdaderamente maravilloso de aquel lugar, era ella.


La situación era propia de un cuento de hadas. No podía haber una atmósfera mejor ni una persona mejor con la que compartir aquella maravillosa estampa. Nunca olvidare el paseo marítimo de Yokohama, nunca olvidare aquellos momentos, nunca olvidare...porque simple y llanamente....nadie es capaz de olvidar algo tan hermoso.


La hora de la despedida, tuvo que llegar, como siempre, demasiado rápido. Así que nos encaminamos hacía la estación, los dos absortos en la conversación, tan absortos que dejamos al resto del grupo atrás. Caminamos por un bello parquecito que recorriera días anteriores y nos paramos justo al pasar un carismático puente de metal. Allí hablamos del futuro, de lo que estaba por devenir, y mirándola a los ojos, viendo su sonrisa, mi corazón comienzo a burbujear complacido y empalagado por su hermosura. Hubiera estado apunto de llorar ante aquella estampa tan bonita, pero me limite a tragar saliva y a sonreír. Una sincera sonrisa, una sonrisa de verdad.


Con alguna que otra pequeña escusa, ambos cogimos el mismo tren de vuelta a nuestro hogar. Solos en el vagón seguimos hablando de nuestras cosas, ella sentada y yo de pie a su lado. Sonreímos, reímos y dialogamos largo y tendido. El viaje de vuelta a Tokyo paso volando y finalmente llego la separación. Afortunadamente para mí, quedamos en volver a vernos otro día, esta vez solos, antes de que yo volviera a mi hogar. Para poner el punto final a la noche, cuando la puerta del vagón se abrió, yo le estreche las manos con cariño y ella me sonrió aferrandomelas con fuerza. Y casi a la fuerza mi cuerpo me saco del vagón y nuestras manos se separaron, sin quererlo, quedando extendidas la una hacía la otra, añorandose la una a la otra. El tren se marcho y yo regrese a mi hotel inundado por el jubilo y la felicidad. Inundado por la ilusión y por el recuerdo de su belleza, por el recuerdo de su voz, por el recuerdo del suave tacto de sus manos...Volví a mi hotel con su recuerdo y sin corazón, pues este ya le pertenecía a ella para siempre. Volvimos a quedar 4 días mas tarde, pero esa, amigos...Es la última historia de este viaje.

viernes, 18 de febrero de 2011

Regreso a Yokohama


Hoy me he decidido a contar esta historia. Me he resistido mucho tiempo ha hacerlo. Cuando comencé a relataros mi último viaje a Japón tenía la intención de hacerlo, pero al final el recuerdo y las circunstancias me hacían dejarlo correr. No es una historia triste, según como se mire claro, pero no tiene un final feliz. La cosa es que quiero terminar ya mi viaje a Japón con esta pequeña historia, que como todas las historias tuvó sus antecedentes. Vamos pues, a terminar el viaje del 2010 juntos.


Nos encontrábamos en medio del maravilloso viaje a tierras nipponas. Ya habíamos pasado el ecuador y solo quedaba menos de una semana para que abandonaramos el país. Durante la primavera pasada conocí a varias amigas y amigos en España y quería aprovechar la oportunidad para volverlos a ver en Japón, no se, me hacía ilusión poder quedar con ellos. Así que tras muchos intentos, al fin lo logre y un Miércoles, mientras el resto de mis compañeros se encaminaban a la excursión diaria yo me dirigí, de nuevo, a Yokohama. En el viaje anterior a este ciudad me había fascinado por completo. Siempre tendré en mi memoria, grabado a fuego, la imagen que me ilumino cuando subí a lo alto del Landmark, pero eso lo podéis leer en una entrada anterior. El caso es que tome el tren rumbo a Yokohama, rodeado de Nippones y con el móvil en la mano. El viaje era bastante largo, así que me puse con mi móvil a revisar el correo y esas cosas (en parte para sentirme cómodo ya que todos los nippones estaban con sus móviles o maquinetas).


Entonces comenzó el cuento. En mi correo de hotmail leí un mensaje que había llegado durante la noche. Era de una amiga muy especial que había conocido en su estancia en España. La armonía reino entre los dos desde que nos conocimos y con cada día que quedábamos y pasábamos juntos nuestra amistad fue creciendo y fortaleciéndose. Desgraciadamente, cosas del destino supongo, nos conocimos pocas semanas antes de que ella volviera a Japón, con lo que la historia acabó con un abrazo y un adiós en la estación de autobuses a altas horas de la noche. Recuerdo muy bien aquel día...lo recuerdo muy vivamente. Aun hoy, me toca recorrer el camino que nos llevo hasta la estación, de hecho recorro parte de él cada día, y cada día alzo la mirada al cielo y miro las estrellas en busca de no se que respuesta. Durante el me siguiente, cada día fue tristeza y los recuerdos dolorosos. Me hice a la idea de que aquella bonita historia murió nada mas empezar.


Así pues, me sorprendí muchisimo, cuando en aquel vagón de tren, leí un mensaje suyo confirmándome que ella también asistiría a nuestras quedada en Yokohama. No se que expresión puso mi cara, pero si recuerdo que me puse super nervioso, un jubilo contenido me inundo y no pude mas que sentir una desbordante felicidad. La iba a volver a ver, aunque fuera por última vez. Llege a Yokohama con bastante antelación, en parte porque temía perderme por la estación y en parte porque no sabía muy bien como narices llegar hasta allí y cuanto me iba a costar. Así que como llegué con mucha antelación y hacía un calor infernal, me dirigí derecho al Landmark en busca de su aire acondicionado.


Allí pase el tiempo, dando paseos por el edificio, que ahora ya recuerdo muy bien, y curioseando en una librería en busca de diccionarios de español. Que no había^^. Fue bastante interesante mi visita a la librería en busca de libros en japonés y desee que algún día pudiera leerlos yo también. Sabía que si perseveraba, lo lograría.


Al fin el tiempo paso y la hora acordada llegó. Los nervios me inundaban todo, no podía estarme quieto y continuamente miraba entre la multitud temeroso de reconocerla, temeroso de su reacción, temeroso de los sentimientos que sentiría mi corazón en cuanto la volviera a ver. Ella siempre llegaba puntual. Por ello sabía que llegaría la primera, lo sabía perfectamente. Así que nervioso mire mi reflejo en un cristal, estaba bastante presentable, o eso me pareció a mi. Entre en una tienda de revistas y me refresque un poco. Tenía miedo a salir fuera, tenía miedo a verla, lo recuerdo perfectamente, recuerdo perfectamente mi nerviosismo como si aun estuviera en aquella estación esperando verla entre la multitud....Por unos momentos mi corazón se traslada allí y late con fuerza ante la perspectiva de volver a verla. Quizás...solo quizás...de algún modo aun permanezca allí para siempre enmarcado en aquel instante de nerviosismo y temor.


Y como predije allí la vi, de espaldas a mí, entre una multitud de gente que llegaba a la estación. La vi de espaldas y ella no me vio, así que con un suspiro comencé a andar hacía ella. Y tras soltar un comentario mundano (que afortunadamente no recuerdo) ella se giro y me miró....Pero esa amigos mios...sera parte de la continuación de la historia...






Belleza Japonesa

Hace mucho que no ponía una canción de una bella cantante japonesa y ya era hora. Esta semana os traigo una gran canción de la bella Hirano Aya. Espero que disfruteis la misma...y también de la belleza de su hermosa interprete. La canción se titula: "Set Me Free" A pasar un buen finde.






Video de hayatox1222

http://www.youtube.com/watch?v=kVbv8R_KTr0

martes, 15 de febrero de 2011

Tiempos de Incertidumbre


Bueno, sigo vivo. Los exámenes acabaron hace apenas unos días y aun tenemos en la boca el regusto de la tensión y las últimas horas de biblioteca en soledad. El último, como hace unos meses, no había nadie en la biblioteca. Esta vez, no solo hice una foto de la desolada biblioteca como hace unos meses, sino que grabe un vídeo que quizás algún día os ponga para que veáis como es la biblioteca donde estudio normalmente, mi hogar^^.


Bueno, mi hogar queda clausurado por lo menos hasta Mayo-Junio, y ahora toca esperar. Si, simplemente esperar, ya que las notas tardaran en salir. Tardaran, no solo porque los profesores son unos malditos...lentos, que no cumplen con los estatutos estudiantiles porque les gusta hacernos sufrir. Tardaran además, porque las convocatorias extraordinarias hacen que hasta que el último alumno no haya hecho los exámenes no salgan las notas, con lo que hay que esperar por lo menos a finales de la semana que viene para saber todos los resultados.


Así que aquí estamos, en un impás de espera, tenso y sangrante, en el que no sabemos cual ha sido el resultado de la cosecha de los campos sembrados estos últimos meses. La espera siempre es desagradable, la ilusión se mezcla continuamente con el miedo y se va retorciendo con cada día de espera. Yo nunca he sido muy...ansioso por saber los resultados. Quizás por exceso e confianza, quizás por la experiencia atesorada que me ha enseñado que ponerse nervioso o sentir ansiedad no sirven de nada, así que lo mejor es no pensar mucho en ello.


Para complicar un poco la cosa, hoy me he enterado de que un amiguete ha recibido los resultados del Examen "Noken" del pasado Diciembre. Eso quiere decir que el sobre con el resultado de mi examen, también ha partido de Japón rumbo a España. Por lo tanto, en unas 3 semanas, si la cosa no se dilata, un gran sobre caerá en mi buzón con el resultado del mismo. La espera esta apunto de terminar, pero es ahora cuando se hace aun mas intensa y angustiosa.


La larga espera va creciendo poco a poco. Para colmar el asunto y retorcerlos aun mas^^, han surgido ciertos problemillas con mi viaje a Japón. Problemillas económicos, como no, y no estoy muy seguro de si lo mas indicado es que este verano vuelva a tierras niponas y sino sera mejor esperar hasta el año que viene y ver como se desarrolla el panorama estudiantil y sobre todo familiar, en este tiempo. Mis ojos se llenan de lágrimas y mi corazón aun palpita melancólico, añorante de volver a mi amado archipiélago. Este es el problema de amar una nación tan grande y maravillosa...


Hoy una amiga me ha dicho que: "Amar no es complicado, tu le quieres y él te quiere, así que os juntáis y ya esta". Yo me reído y le negado la mayor. Aunque al final, amar, es eso en definitiva. Solo que con algunos pequeños e ínfimos detalles. Recuerdo cuando me fui de allí, recuerdo cuanto deje atrás y cuanto lo echo de menos. Recuerdo...Mientras espero...Intento recordar...lo que ame y deje atrás....Pero esa, esa es otra historia, que finalmente este Fin de Semana os contare.

viernes, 11 de febrero de 2011

Feliz Triste San Valentín

Para muchos San Valentin es un día aciago, donde el amor esta por todas partes menos en sus propios corazones. Para otros es un día idóneo para recordarle una vez mas a la persona que quiere cuanto la ama. Para algunos incluso es el día en el que su sueño de amor se hará realidad, o el día en que quizás uno de los peores rechazos de su vida tenga lugar. Por ello, sin celebrarlo, pero celebrándolo un poco, aquí os traigo esta hermosa canción de "Mago de Oz", titulada "Desde mi cielo". Espero que la disfrutéis tanto como yo. Buen fin de semana y Feliz Triste San Valentín.




Video de psicologo79

http://www.youtube.com/watch?v=uryAOJj-v4k

martes, 8 de febrero de 2011

Dejar de esperar


Bueno. Parece que la cosa poco a poco se va acabando, y aunque todavía quedan dos exámenes por realizar se podría decir que la cosa pronto acabara y que ya ha llegado a su recta final. Estos días debido a un pequeño traspiés académico, me habían inundado ciertos miedos. Miedo a fracasar, miedo a no lograr mis objetivos en el tiempo estimado, miedo a no poder lograr mis propósitos tal y como yo quería. En definitiva, que estaba completamente lleno de miedo. Y los días pasaban y yo seguía estudiando estoicamente, esperando o temiendo no fracasar.


Esta tarde tengo otro examen, el que sera el penúltimo de este horrible mes de infernal. Y la verdad es que es uno de los más difíciles. Aun así no pienso estudiar mucho antes del mismo. La experiencia me dice, que estudiar entes del examen solo te llena de miedos e intranquilidad, y que ayuda bien poco a concentrarse de cara al examen. Además de que a pocas horas del mismo poco se puede hacer para solucionar lo que no se ha hecho en su momento. Por ello aquí estoy escribiéndoos tranquilamente. A ver si tengo suerte, la cosa esta difícil pero se que puedo lograrlo.


Como os decía un reciente fracaso (o contratiempo) me había inundado de miedo y temor por mi futuro. Desde hace algún tiempo me impuesto unas fechas y unos topes que no estoy seguro de poder conseguir. Por supuesto me esforzare todo lo sanamente razonable y posible para alcanzarlos, pero seamos sensatos, las cosas nunca salen como nosotros queramos que salgan. Por ello, las cosas se pueden torcer o simplemente dilatar. Hay que estar preparados para un posible fracaso y yo creo que no lo estaba.


Pero hoy, un poco mas relajado y viendo ya el final en el horizonte, me he dado cuenta de que es estúpido autoimponerse metas que se conviertan en una condena continua en nuestra vida. No puedes vivir esclavizado por el futuro, porque entonces tu presente esta muerto. Y la vida es demasiado corta como para arrastrarse por ella sufriendo día tras día por un futuro que nadie puede asegurarte. No digo que no me vaya a esforzar, solo digo que vivir en el futuro, igual que en el pasado, es llamar a la muerte. Y que debo intentar disfrutar más del día a día sin preocuparme tanto por lo que vendrá. Al menos, intentar no esclávizarme por ello. Pienso que si dejo de esperar con ansia que me llegue algo bueno, esto vendrá por si solo.


La vida da mas oportunidades si uno se esfuerza y estoy seguro que si sigo adelante a mí también me traerá nuevas oportunidades. De momento, a seguir esforzándose y a completar lo mejor posible el examen de esta tarde y a pensar en el siguiente del Sábado. Muchas cosas por hacer en este cuatrimestre, muchas cosas por planificar y porque no decirlo...Alguna gente a la que decir adiós. Pero esa, esa es otra historia.


viernes, 4 de febrero de 2011

Un poco de...algo

Esta semana, como la anterior, vamos a dar un brusco cambio de registro en lo que a entrada músical se refiere. Y es que esta semana...bueno, no se como catalogar a este grupo de cantantes...Solo prueben a escuchar su música y disfrutenla...Si pueden. Esta canción es del grupo "Yazima Beauty Salon" y la "Princess Seiko" y se llama "Aidoru mitai ni utawasete feat". Ale, buen finde...




Video de juicyE19

http://www.youtube.com/watch?v=rkl00XXWl0E