Hay momentos en la vida de todo hombre y mujer, que toca fondo. Las circunstancias de la vida, nuestros propios vicios y defectos que a veces convertimos en virtudes. Nuestros caminos a veces se tornan erróneos. A veces lo que creemos que esta bien no lo es. A veces nuestras decisiones simplemente no son las acertadas. A veces nos cruzamos con gente que nos hacen daño, a veces sufrimos los azotes de una vida cruel y despiadada. A veces sentimos el peso del destino sobre nuestros hombros. A veces vemos la desesperación y la desesperanza señalándonos con su dedo acusador. A veces caemos tan abajo, que no somos capaces de ver brillar de nuevo, la luz del sol. A veces nos sumimos tanto en la oscuridad que no somos capaces de ver nada mas que un panorama helador. Un panorama devastador.
El año pasado, dos amigos cercanos pasaron por esas circunstancias. Por diversos motivos él uno del otro. Uno de ellos tuvo una relación tormentosa. Era un chico inocente, de alguna forma aun queda esa clase de gente, y bueno, tuvo una relación con una chica. No voy a entrar en detalles por respeto a mis amigos. Pero digamos que él pretendía engañarse a si mismo, y se dijo que en su relación solo había sexo. Nada mas que sexo. Lo recuerdo asegurándomelo todo convencido. Pero la cosa no fue así, había algo mas que eso, por lo menos por su parte. Al principio se lo veía sonriente, confiado en que lo mejor sería decírselo a la otra persona, que seguramente ella se sentiría igual que él...pero no fue así. Se obsesiono con esa mujer, y cuanto mas lo intento, mas lo rechazó ella a partir de entonces. Sus rechazos se convirtieron en puñales, su tristeza se convirtieron en frías pesas, que se tradujeron en fracaso académico y separación de sus amigos. Se tradujo en definitiva en la oscuridad.
El otro caso es algo distinto, pero el resultado es el mismo. Una relación larga y duradera. Todos los que lo vieran juntos aseguraba con rotundidad que eran la pareja perfecta. Incluso se fueron a vivir juntos, todo parecía ir sobre ruedas. Parecía que eran felices, parecía que nada podría separarlos. Quien sabe, incluso la cosa podía acabar así de bien. Pero no acabó bien. Una ruptura, una perdida de rumbo, rodeado de la soledad y la pena fue dando tumbos por el mundo, sin pensar en el futuro, obsesionándose con el presente. Disfrutando la vida como un loco sin mirar hacía el futuro, sin pensar en su futuro, sin tener en cuenta nada que fuera mas allá de su copa siguiente. Si pierdes el rumbo, puedes acabar en buen puerto...pero la mayoría de las veces acabas encallado en cualquier isla perdida.
Hoy hago balance y miro sus fotos mas recientes. El primero de ellos, tras sobrevivir a su mala racha, encontró a alguien especial. Al principio, fue despacio, aprendiendo de sus errores y temeroso de volver a salir herido. Pero con la ilusión de un nuevo comienzo. Ahora lo veo sonriente y triunfante por la facultad, habiendo aprobado todos los exámenes a los que se presentó este último mes. Con el alma y el cuerpo en paz y la felicidad inscrita en su rostro junto a su nueva compañera. El otro también parece haber encontrado su lugar, de nuevo en brazos del amor, de nuevo en brazos de una mujer. Este último mes lo ha pasado con ella y creo y espero que de alguna forma haya logrado que su destino se ancle en algún lugar y que su barco deje de ser azotado por la tormenta de la vida. Parece que la razón impera una vez mas en su vida.
Y aquí estoy yo sentado. Mirando por la ventana que es mi ordenador y viendo en su rostros la felicidad. Viendo en sus ojos la luz de la esperanza, viendo como emprenden un camino lejos de aquí con un futuro fértil y próspero. Viendo como han logrado salir de la oscuridad, viendo como han logrado sobrevivir a los malos momentos. Y de alguna forma me alegro y sonrío tontamente. Puede que la felicidad se logre al final, si uno es capaz de no rendirse y dejarse arrastrar por la oscuridad. Quizás el destino solo sean las barreras que debemos superar hasta llegar a esa meta. No lo se, pero si se que ahora mis amigos sonríen y eso para mi, ya es mas que suficiente...Al final del camino...
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