viernes, 13 de abril de 2012

Nuestra oscura compañera


Estos días andamos en mi familia tristes y abatidos. Los problemas, siempre, tienen la fea costumbre de aparecer todos juntos. Las desgracias, sin embargo, aparecen generalmente de una en una, sin avisar. Si se encadenan, claro esta, son devastadoras. En en este caso ha sido una desgracia terrible pero no definitoria, como si quisiera mellar nuestra voluntad, nuestra alegría, como si quisiera arrebatarnos nuestro futuro poco a poco.

Cuando aparece un acontecimiento como este, el resto de problemas dejan de tener tanta relevancia, los miras desde lejos, como si de repente hubieran perdido toda su importancia. Como si su presencia o su pesa fueran mas que tolerables. Fueran en algunos casos hasta bien recibidos. Unos simples y llanos problemas, no de fácil solución, pero que al menos la tienen. Por que hay cosas en este mundo, que no tienen ninguna solución. Y a nosotros nos ha devenido una de ellas.

Un miembro muy joven de mi familia ha sido diagnosticado de una enfermedad crónica incurable. No se sabe cuanto vivirá, todo dependerá de lo rápido o lento que evolucione la enfermedad, pero desde luego su esperanza de vida se ha reducido considerablemente. Y ha llegado así, sin mas. De origen desconocido pues no había ningún tipo de antecedente en la familia. Así sin mas, la perspectiva de una posible...muerte en uno de los miembros mas jóvenes y vitales de la familia se presenta de repente. Esperemos que la enfermedad evolucione lentamente y que le queden muchos, muchos años de vida. Pero aun con todo...La realidad de nuestra fugacidad, de nuestra debilidad, de nuestra vulnerabilidad a veces pueden ser devastadoras.

En estos momentos miras al futuro y ves que no hay nada. Ves que en todo el camino que te queda por recorrer, la muerte, siempre presente, siempre constante, el último y el primer enemigo que te acecha, siempre estará ahí, a tu lado, mirándote. Tanto sufrimiento, tanto trabajo, tanto esfuerzo para que llegue un día de repente, y todo, absolutamente todo se vaya al traste. Para que se pierda todo en un momento. Por eso, el camino de los sueños, no solo es un objetivo, es un camino, un día a día que con sus pesares, con sus virtudes, con sus alegrías y sus grandes o pequeños momentos hay que disfrutar todo lo que se pueda. Porque al final del camino estará ella, esperandonos y se nos llevará, probablemente sin avisar.

Debemos seguir, y cuando nos llegue la hora...Bueno, ese será el final de este historia.


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