domingo, 29 de enero de 2012

Islas de estrés


Hoy tengo unos minutos de tiempo para escribiros una pequeña entrada. Y es que estos días entre libros y apuntes están resultando tan duros como cualquier día pasado de exámenes. Quizás en esta ocasión la carga de estudio es distinta a las anteriores, y eso hace que en esta ocasión, como casi siempre, todo resulte distinto, nuevo, territorio sin explorar y eso provoca miedos, temores e inseguridades. En el momento en que superas un examen tienes el tiempo justo para respirar, mirar hacía adelante y darte de bruces con el siguiente examen. Y es que mira que el año es largo, pues en Enero y en Septiembre los exámenes se concentran de una forma, en mi opinión inhumana.

Estoy de acuerdo que un periodo de exámenes muy largo no hace bien a nadie. Por que al final el cansancio se acumula de tal forma que no sabes ni como te llamas, ni de donde vienes, ni si ciertamente eres una persona o un champiñón. Pero justo ahora tenemos lo contrario, parece que los profesores y el equipo docente no son capaces de encontrar un equilibrio, que nos salvara la vida y no machacara tanto nuestra neuronas. Además de que aumentaría considerablemente los resultados. Pero bueno, ese no es mi problema, algunas cosas simplemente no podemos cambiarlas así que de nada sirve divagar o poner paños calientes en el asunto. Lo mejor es ponerse a trabajar.

Sumido yo en esta terrible vorágine de tensión y presión que casi me pierdo mirando en los islotes que son los exámenes por venir. Esas moles que no dejan de venir hacía a ti y que sabes que deberás superarlas o hundirte como el titanic para ser recordado como aquel que no supo ver con suficiente tiempo aquella mole monstruosa. Pero de repente, vagueando por Internet en uno de esos momentos de descanso mental, me di con el trailer de un documental sobre lo acontecido el pasado año en nuestro amado Japón.

Por un momento me vino a la memoria todo lo acontecido el año pasado, todo de lo que fui testigo en el pasado viaje a Japón y en la dramática situación que aun se vive en el país del sol naciente. De alguna forma me di cuenta que todo esto de los exámenes es una tontería sin mayor importancia que la que nosotros queramos darles. Ni en ellos esta en juego mi destino a largo plazo, ni un éxito me garantiza mi éxito a corto. No digo que sean importantes, que lo son, pero no al extremo de jugarme la vida en ellos. Por ello, si bien voy a estudiar como hasta ahora, al recordar las flores de cerezo del mencionado documental, de algún modo mi mente aprenderá a tomarse este largo batallar sin tanto estrés ni dramatismo. Por que como siempre digo yo, hay cosas importantes, y otras...que lo son menos. Sigamos estudiando, sigamos con otra historia.

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