lunes, 21 de noviembre de 2016

Las historias de amor que no acaban bien

Hoy mientras leía el facebook he encontrado una entrada de una mujer muy especial en mi vida. Fue uno de mis grandes amores, de esos amores que nunca puedes olvidar, que siempre vuelven a ti cuando algo o alguien te los recuerda. De esos ojos que te persiguen en la soledad de la noche. De esas sonrisas que llenan tu pecho de un aire cálido y placentero. De esas caricias olvidadas en el silencio. De todos aquellos sueños y esperanzas que nunca llegaron a fraguar, que nunca dejaras de anhelar.

En la entrada, acompañada de varias fotos de postureo, de esas que preparan los fotógrafos para las bodas, con un fondo rosa y un gran cartel marcando la fecha con letras pomposas y frías, anunciaba que la felicidad la embargaba en este día, pues había contraído matrimonio con el que era el amor de su vida.  Ella sonreía, aunque sus ojos no lo hacían, y él mantenía una pose estoica y formal muy característica de los japoneses. Era una foto de felicidad, carente de ella. Era solo postureo para salir bien guapos y formales en el álbum de fotos. No negare que no sean felices, ni mucho menos, solo que esa foto no la trasmite sin mas.

Mi primera reacción ha sido de sorpresa, hacía ya mucho tiempo que no hablábamos fluidamente, porque ella había respondido a mis ocasionales mensajes con silencio e indiferencia. Y no voy a decir que yo haya hecho algo mas que recordarla con cariño y añoranza de vez en cuando. Una felicitación de cumpleaños de vez en cuando, un silencio incomodo, y una desgarradora indiferencia. Así que la boda, me ha pillado de improviso. Estos días en los que tantos problemas se agolpan y en el que los buenos tiempos del pasado quedan demasiado lejanos.

Lo siguiente que he hecho ha sido entrar en blog para leer las entradas antiguas, y me he sorprendido lo cargadas y profundas que eran. Lo confuso que vivía, lo embragado que estaba, lo feliz que creía ser en aquel entonces. Ahora intento mirarme en el espejo y decirme a mi mismo que el pasado pasado esta, que no hay que echar de menos ni querer lo que quizás nunca debería haber sido tuyo. Que solo son ilusiones que se agolpaban en la cabeza de un enamorado jovencito con mucho por aprender en esta vida. Que todo era una ilusión. Que sus lagrimas, sus cálidas manos y su sonrisa solo eran...Y entonces tengo que tragas saliva y mirar hacía un lado mientras lentamente y sembrando un frío sendero una lagrima cae por mi mejilla hasta perderse en el vacío.

Yo solo quería hacer feliz, era mi máximo deseo. Espero que de alguna manera lo haya conseguido. No es acaso ese el mayor gesto de amor...Historias de amor que no acaban bien....Y sin embargo, sonrió al verla feliz.


domingo, 26 de agosto de 2012

Calle 3

Esta linda muchacha es Abe Mao y esta su canción.

Despedida en Narita IV: Yokohama

Una de las primeras cosas que hice cuando llegue a Japón fue volver a la bella Yokohama. Había vivido muy buenos y bonitos momentos en esa ciudad tan espectacular y quería volver a ver su mar, andar por sus calles, sentir esa nostalgia tan placentera que nos envuelve cuando recordamos con una sonrisas momentos felices. El caso es que, lleve conmigo a mis nakamas a dicho ciudad. Allí esperamos sentados en un banco, mientras eramos pasto de los mosquito-buitres japoneses a que anocheciera. Les prometí que la panorámica sería simplemente inolvidable. Desgraciadamente a causa del terremoto no había tanta iluminación como en veces anteriores. Con todo, el paseo marítimo de Yokohama tremoló todo su encanto y su magia brindando a mis amigos y a mi un espectáculo inolvidable. Cientos de parejas se sentaban en los bancos del paseo, abrigados por las luces de los bellos barcos con la inmensa y luminosa figura del Landmark en el horizonte.

Y mis amigos, que no son tontos, tomaron nota de esta excursión y allá se fueron, con sus dos nuevas amigas, a pasear por Yokohama. Yo me dedique ese día a deambular por Tokyo en solitario, así que no fui testigo directo de lo que allí aconteció, al fin y al cabo era una cita de parejas y yo allí sobraba. Así que les deseé suerte mientras les veía marchar todo emperifollados y arreglados para la ocasión. Parecían decididos y seguros de lo que iba a pasar esa noche, pero no, no lo estaban. Al menos uno de ellos no, pero nuestro protagonista si. Como digo, no fui testigo directo de lo que allí paso, así que solo puedo relataros lo que a mi me contaron, y mas concretamente lo que ha retenido mi maltrecha memoria.

La noche empezó en un Izakaya, una acertada idea, donde mis amigos y sus compañeros bebieron a riendo suelta durante un par de horas y cenaron algo ligero, con lo que ellas estaban cotentas y ellos estaban muy contentos también. Después pasearon por el paseo maritimo. Como os comente, Martin estaba emparejado con la Yokohamera, la mas discreta de las dos chicas, mientras que nuestro protagonista, Pedro, estaba con la mas vistosa Reina. En un momento de la noche, Martin decidío desviar su atención hacía Reina, mientras que Pedro sonreía sin decir nada y consentía con un as en su manga y charlaba animadamente con la Yokohamera. Al final las parejas se cambiaron, y Martin se "quedo" hablando con la mas vistosa y Pedro se quedo con la mas tímida y menos vistosa, pero no menos radiante.

La estrategia de Martin fue directa, sin tapujos y sin medias tintas. Ataco de forma desproporcionada y bastante poco apropiada visto en perspectiva. Mientras que Pedro lo hizo de forma educada, fue amable y para nada intento nada mas con ella que no fuera hablar y dialogar tranquilamente. Al fin y al cabo era la primera cita, el mudno seguía su curso y él sabia como hablar con las mujeres. Así amaneció, con ellos sentados en el paseo de Yokohama, charlando agradablemente, con el mas de fondo.

Y volvieron a casa, y por supuesto, la estrategia atrevida y directa de Martin fue un fracaso total, no volvió a ver a su chica, sin embargo, Pedro si la volvería a ver. Pero ya he escrito suficiente por hoy. Esa será otra historia.

martes, 14 de agosto de 2012

Despedida en Narita III: ¿Qué tal?

La suerte, ese será el núcleo de esta historia que empecé hace unos meses y que ahora continuo. En este mundo monótono y superficial la suerte juega un papel fundamental, un papel que no podemos negar. Para alzarse con nuestros sueños a veces debemos poner nuestros deseos y esperanzas en manos de esta escurridiza compañera. Pero la suerte hay que ganársela. La suerte hay que buscarla.

Y allí fueron mis dos compañeros, con la esperanza de una noche de amor y de pasión en sus pensamientos. Que simple somos los hombres, pero es así. Yo espere y al día siguiente amanecí mucho antes de que lo hicieran ellos, ya que estaban bastante bastante borrachos. El caso es que por la mañana pregunte con una media sonrisa como había ido la noche, si habían tenido éxito, en fin todo ese tipo de cosas. Y aquí empieza la historia, o la parte de la historia que yo no viví directamente, así que solo puedo escribiros lo que los propios protagonistas me contaron, con las únicas variaciones impuestas por mi mala memoria. Así pues, voy a dejar de salir en esta historia hasta que lleguemos al final.

El lugar era lo que prometía ser, un bar con música estridente, lleno de nippones y nipponas con ganas de conocer extranjeros. Una cosa que llamaba poderosamente la atención eran los fornidos hombres de color que acechaban por todas las esquinas en busca de una dulce y delicada nipona, o nipon. Pedro iba acompañado por Martín, que si bien no es un borracho si sabe disfrutar de los placeres del alcohol. Así que ambos se dedicaron unas buenas cervezas hasta alcanzar ese punto en que sientes una simple y llana felicidad y en el que la lengua se suelta fácilmente. Y así con la fuerza del alcohol y la determinación de un buen español, se lanzaron en busca de unas chicas con quien conversar.

Los intentos torpes de Martín no fructificaron, y tras varias negativas decidió parar un momento para ir al servicio. En ese momento, nuestro protagonista, se quedo solo en la barra de ese ruidoso bar con una cerveza en la mano y la espera por condena. De repente se fijo en dos chicas, bastante guapas, que pedían alegremente unas copas. Las chicas no eran como las demás que frecuentaban el establecimiento. Quiero decir, no buscaban extranjeros como hacían otras y otros, pero si eran dos chicas que sabían pasárselo bien. Mi amigo lo notó, o lo supo, no lo se. El caso es que algo dentro de él le hizo decir, levantando la cerveza y con una dulce sonrisa: ¿Qué tal estas?

Cuando Martín volvió a la barra se encontró atónito como su amigo hablaba de forma distendida con dos chicas. Asombrado, carraspeo y rápidamente Pedro le presento a las dos muchachas. Ambos, de forma natural, comenzaron a hablar con cada una de ellas. Pedro se puso hablar con una chica de sinuosas curvas y escasa ropa, de sonrisa fácil y que se dejaba desear llamada aquí Reina. Martín en cambio, hablo con la mas modesta y vergonzosa, y no por ello menos bella, que aquí llamare Yokohamera. Por que vivía en Yokohama y porque soy el narrador y pongo los nombres que quiera`^. El caso es que las chicas charlaron con ellos durante largo rato y con la promesa de volver a verse, ellas se retiraron a una hora prudente.

Al día siguiente yo no salía de mi asombro, y con escepticismo antes las palabras de mis amigos. No diré que no sentí celos o remordimientos por no haber ido con ellas, claro que ellos eran dos y ellas eran dos...El número perfecto. Que suerte habían tenido...No diré que no reí con el saber de que algo fruto de un encuentro tan fortuito y fugaz no iba a conducir a ninguna parte. La suerte te puede sonreír una vez pero...El caso es que no apostaba mucho por ellos. Pero volvieron a quedar y lo hicieron siguiendo mi consejo...Pero esa será otro apartado de esta historia.

lunes, 13 de agosto de 2012

Sin Falta

Este es el single de Sambomaster "Kono yo no Hate". Disfrutadlo y si estáis de vacaciones, disfrutad del verano.

Vacaciones

Ya casi no me acordaba de lo que significaba estar de vacaciones. Eso de pasar los días sin ninguna otra preocupación que como llenar el muchísimo tiempo libre que tienes. Poder tumbarte en el sofá a ver la tele porque si, por que simplemente no tienes otra cosa mejor que hacer en ese momento. Leer libros a mitad de tarde sin tener una pila de apuntes esperándote encima del escritorio...Ese tipo de cosas. Y la verdad es que cogí las vacaciones con necesitadas ganas, y entre eso y los recientes Juegos Olímpicos que han absorbido mi tiempo de forma sorprendente han pasado dos semanas.
Estaba tan ocioso, que prácticamente no he quedado si quiera con los amigos. Me he dedicado a dormir y a perder el tiempo. Por supuesto he hecho alguna cosa mas, dar algunas clases particulares, estudiar japones y preparar los últimos flecos que debo entregar el próximo Septiembre para decir adiós a la universidad para siempre. Pequeñas cosas que no me robaban mucho tiempo, tiempo que es lo que precisamente me sobraba.

Además, los amigos están lejos, en pueblos lejanos pasando el verano, en fiestas de pueblos, verbenas y todas esas cosas a las que yo nunca he logrado sacar su jugo. Por desidia, como casi todas las cosas, no porque de verdad no sean divertidas. Los que se quedan aquí están preparando ya los exámenes de Septiembre, esos exámenes que no tendré que hacer nunca jamás, lo cual me reconforta y me anima, pero que a la hora de la verdad tampoco es para tanto. Solo son exámenes. Supongo que cuando pase el tiempo echare de menos esa sensación, esa incertidumbre, esos nervios, todo eso que jamás volverá a acompañarme. Para bien o para mal.

Estos días de ociosidad, los he dedicado también ha pensar en cual va a ser mi futuro, que voy a hacer una vez que termine el verano y me encuentre con unas vacaciones indefinidas llamadas paro. O bien con unas vacaciones no tan indefinidas denominadas trabajo duro, por poco dinero y sin ninguna esperanza de mejora. Así son las cosas, parece que el tiempo se termina, el tiempo de la universidad parece que va a llegar a su fin sustituido por el duro trabajo.

Y mientras pienso tranquilamente tumbado en mi cama, pasa el verano, pasa la vida, pasa el último y cómodo verano de mi último año de universidad. Muchas incertidumbres que son mas llevaderas tirado encima del sofá. Ag...empieza una nueva historia. 

lunes, 30 de julio de 2012

Eres tu

Este es el éxito de Mocedades "Eres Tu", interpretado por un cantante koreano. Seguro que no os deja indiferentes. Sea.^^