Hace apenas unos meses os relataba con pasión y pesar como me había ido en el examen del Noken. Pesar, no porque me hubiera ido muy mal, sino porque todos salimos con la misma sensación de aquel examen: La sensación de que si hubiéramos tenido la oportunidad de ir con el curso completado habríamos aprobado de carrerilla y casi seguro. Pero las circunstancias y nuestro empecinamiento hicieron que la cosa no fuera así. Lanzados a la aventura nos lanzamos contra un enemigo al que no podíamos ganar, pero si combatir hasta nuestro último aliento.
A veces los meses pasan demasiado rápido, y en esta ocasión, pese a tener la tensión encima del resultado del examen, no sufrimos mucho la espera, ya que nuestras probabilidades de aprobar eran mas bien remotas, o mejor dicho, casi remotas. Pero el tiempo, como ya dije anteriormente, no se detiene ante nadie, y esta vez no lo iba a hacer por nosotros. Así que por fin llego Marzo.
Y Marzo trajo los resultados. Me levante por la mañana y revisando el correo leí que uno de mis Nakamas, con él cual hice el examen, había suspendido. A esta trágica noticia le siguió una llamada por teléfono en la que me comunicaban que otro de mis Nakamas también había fracasado e igualmente, pero esta vez por poco, había suspendido el examen. Imaginaos mi nerviosismo ante aquellas dos noticias tan tragicas. Así que decidido y temeroso por mi sino, decidi retrasar todo lo posible el momento en que abriera el buzon y viera el resultado. Así llege a casa carcomido por el miedo y tuve que hacer renovados esfuerzos por decidirme a ver si en mi escritorio habían dejado alguna carta. No fue así, el escritorio estaba vacio.
Resignado, supuse que no habían visto el correo y que tendría que bajar a buscarlo. Pero como el miedo aun me atenazaba, lo deje pasar, estuve haciendo unas cosas y cuando llegó la hora de cenar lo hice rumiando palabras de mal aguero. Sin embargo, tras la cena no pude aguantarlo mas y decidi afrontar el destino de una vez por todas. Por ello, me puse la chaqueta y baje al buzon repitiendome una y otra vez "Esto no es un fracaso, esto no es un fracaso". Pero, para mi sorpresa, el buzon estaba vacio. Así que la espera continuaria un día mas.
Hoy, cuando me dirgia al buzon, el cansancio de la mañana y el temor me dominaban. Me sorprendi a mi mismo repitiendo las palabras una y otra vez como un zombi automatizado. Y a diferencia de ayer, hoy si que había algo en el buzon. Un sobre, un sobre enorme que contenía mi diploma de apobado. No hace falta que cuente mucho mas, simplemente me ha embargado una alegria tan grande que he comenzado a mandar mensajes a todo el mundo para anunciar el milagro que se había producido. No podía creerlo, justo, por muy poco, pero había aprobado el examen contra todos los pronosticos incluido el mio.
Ha sido una pequeña recompensa. Ha sido una grandisima recompensa por el esfuerzo, el estres, las horas de biblioteca y sobre todo la fe y la determinación que he intentado echar a la hora de estudiar japones. Si me preguntáis si merecía aprobar...Me hubiera gustado hacerlo con mayor holgura, pero si, creo que algo lo merezco. Porque esto no va a ser suficiente, esto no es una meta y ahora toca descansar, esto solo es un aliciente, un grandisimo aliciente para seguir tirando para adelante, para seguir estudiando sin dudar un instante en mi. Un recuerdo de que voy por buen camino y de que si no me rindo, nada podrá detenerme. Emprenderé pues con animo el camino hacia el siguiente nivel del Noken pero esa...esa sera otra historia.
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