sábado, 1 de enero de 2011

Historias de Mañana


El tiempo parece precipitarse cuando solo quedan unos minutos para final de año. Comes, ríes, hablas, bebes...Y el televisor se enciende marcando con sus luces artificiales que el año ya se acaba. Casi es como si fuera un altar, un altar electrónico en el que se juntan todos y delante de él, expresan sus deseos y hacen sus peticiones al nuevo año que pronto dará comienzo. Los típicos presentadores de la tele aparecen y explican una vez más que hay que hacer en año nuevo y que no hay que hacer. Los cuartos, las campanadas...


La gente te rodea, a veces no. Muchos se van, y generalmente los buenos son los primeros en ausentarse. Unos se han ido para siempre, otros simplemente no pueden estar ahí. Los caminos que nos guían son tan adustos, los sin sabores de la vida, los caminos del destino son tan intrincados, quien sabe si tu seras el siguiente en faltar a esa tradicional reunión, para bien o para mal, la sensación de que las cosas no volverán a ser igual rondan por el ambiente. Al final, todos los que te rodean, no estarán, de ti depende que no acabe acompañandote la soledad en tu último momento.


Los sonidos del reloj despiertan la tensión y coges presto tu recipiente con uvas. Ni siquiera las uvas son como eran antes, ahora ya no tienen pepitas y se comen con facilidad. Los presentadores son distintos, ahora es la plaza del Pilar la que aparece en el televisor en vez de la tradicional del Sol de Madrid. Aprovechas esos últimos segundos y mandas los mensajes que has ido preparando durante la noche para familiares y amigos. El tiempo se acaba y no puedes apartar la mirada del televisor, con el vaso de uvas aferrado aun con mas fuerza. El tiempo se acaba, y lo hace sin detenerse a pensar en el pasado.


Tu si lo haces. Miras hacía dentro, hacía lo profundo de tu mente y echas cuentas. Recuerdas a los que se fueron, recuerdas a los que están. Recuerdas lo que viviste, las barreras que superaste, los amores, las desilusiones, los logros. Todo eso es imposible que haya quedado para siempre en el pasado. Saboreas las victorias y temes las derrotas, siempre intentas hacerte creer que este año podrás corregir los errores pasados, al menos, que podrás ser mejor persona. Cuantas cosas cambiarías, cuantas cosas no. Cuanta gente agradeces haber conocido....Cuanta gente echas de menos...Lo que darías por estar con ellos aun...Lo que darías....


La cuenta atrás termina, entre atragantos y toses, y la última campanada marca el final de un nuevo año y el comienzo de otro. Uno que viene cargado de esperanzas, de ilusiones, pero también de miedos y preocupaciones. La oscuridad siempre hace acto de presencia de forma sutil, siempre lo hace sin que nadie se de cuenta. Si todos la vienen venir, significa que lo que viene suele ser muy gordo. Y este año 2011, parece venir cargado de sinsabores e ilusiones perdidas. Temes por tus sueños, te preguntas si seras capaz de seguir luchando por ellos. Te preguntas si tu, podrás sobrevivir con éxito a este año que empieza. Temes por tu futuro y crece tu determinación.


El tiempo parece precipitarse cuando el año se acaba. Ahora tenemos mucho por delante, para trabajar, estudiar, luchar, amar y ser felices. Para encontrar nuestro hogar o para despedirnos de él para siempre. Tiempo para decir adiós para siempre, o para conocer nuevos aliados. Tiempo suficiente, para hacer que tus sueños se hagan realidad. El único obstáculo es y sera siempre, tu mismo. El año termino, te abrazas a quien mas quieres y esperas poder hacer lo mismo el próximo año...en esas mismas fechas....Pero esa...esa sera otra historia.


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